Marina Castaño dejará, en breves fechas, su descanso en Mallorca
para regresar a su trabajo. Especialmente, para inaugurar, el 5 de
septiembre, el curso «La novela y la ciudad», en la Fundación
Camilo José Cela, que ella preside en Iria Flavia. Un curso con
importantes ponentes que clausurará la escritora mallorquina Carme
Riera. Marina Castaño vuelve siempre a Mallorca, pues la siente
como tierra de acogida. La entrevistamos en el Museu Es Baluard,
del que ella afirma: «No me canso de elogiar esta maravilla de
museo por todo donde voy».
-Contrariamente a lo que se pudiera pensar, usted no rehúye
relajarse en Mallorca.
-Vengo siempre que tengo oportunidad, por trabajo o para estar
con amigos. Quiero mucho a Mallorca. Y, al ser elegida presidenta
de la Fundación Camilo José Cela, con el voto unánime de todos los
patronos, lo primero que hice fue nombrar tres patronos
mallorquines, una representación que era ineludible, pues Camilo
José pasó treinta años de su vida en la Isla. Y yo aquí no he
hallado más que hospitalidad.
-La Fundación Camilo José Cela se ha sumado al IV centenario de
El Quijote con una gran exposición de las numerosas ediciones de
esa obra que reunió Cela, con estudios que sobre ella realizó y con
ilustraciones. «Cervantes y Cela», título de la muestra: únalos
usted literariamente.
-Aunque, en lengua española, Cervantes es el más grande, Camilo
José se sentía más quevediano, considerándose heredero literario de
Quevedo. Aun así, estudió la obra de Cervantes en profundidad, y la
mejor prueba de lo que le admiraba está en la exposición que ahora
tenemos en Iria Flavia, muestra que por su éxito prolongaremos
hasta octubre.
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