El encuentro «excepcional y sin precedentes», según Víctor
Guerrero, profesor de Prehistoria de la UIB, en Europa de restos
humanos de más de 3.000 años de antigüedad, incluidas las partes
blandas (órganos internos, cabellos...), convertirá Menorca en el
centro de atención de la comunidad científica internacional durante
las próximas semanas. El estado de conservación de los restos
arqueológicos encontrados en la Cova des Pas hacen que el hallazgo
sea único para el estudio de los ritos humanos de hace 3.000 años.
Así lo señaló ayer el equipo de investigación que desde hace mes y
medio trabaja en esta cueva.
El grupo de científicos presentó sus primeras conclusiones tras
estudiar los restos de 21 personas inhumadas en la Cova des Pas,
aunque se sospecha que podrían haber casi 50. Además, el estado de
conservación es espectacular. Lo primero que ha sorprendido a los
investigadores es que se trata de un yacimiento inalterado desde
hace 3.000 años, lo que ha permitido mantener la documentación
arqueológica. El catedrático de Prehistoria por la Universitat de
Barcelona Josep Maria Fullola dijo que «el estado de conservación
puede deberse a que la entrada estaba casi cerrada y se generó un
microclima especial».
El otro gran descubrimiento son los restos de tejidos orgánicos.
Ya en el momento del hallazgo, la pasada primavera, se encontraron
cabellos y maderas, pero la gran sorpresa fue encontrar restos de
tejidos blandos, como músculos, que han sufrido un proceso de
momificación natural. También se han encontrado restos de sudarios
hechos con pieles de animales y cuerdas con las que ataban estos
mantos a los cadáveres. Esta variedad de tejidos permitirá realizar
un análisis de ADN y conocer mejor qué comían y cómo se comportaban
nuestros ancestros.
Estos tejidos son «novedades absolutas que permiten realizar
investigaciones que nunca se habían hecho hasta ahora. La
excepcionalidad del hallazgo nos hace pensar que las expectativas
generadas tras el descubrimiento de la cueva se van a quedar
cortas». También se han hallado adornos como anillos, pendientes y
brazaletes de estaño que reflejan un alto grado en la escala
social. Lo que no se ha visto hasta ahora son trozos de cerámica.
Según Guerrero, «por ahora no tenemos un patrón de sacrificios u
ofrendas porque no tenemos cerámica, pero podremos conocer los
ritos funerarios». Los tubos de hueso huecos con cabellos
encontrados han permitido datar el hallazgo. Este tipo de
manufacturas son comunes en otros yacimientos de la misma
época.
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