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M.M.RAYÓ A José María Sánchez-Verdú se le nota que vive fuera del país. En su castellano se puede percibir el deje que le ha regalado la lengua alemana con la que se expresa la mayor parte del tiempo. Desde el año 2001, el compositor es profesor de Composición de la Robert-Schumann-Hochschule de Düsseldorf. Estos días, sin embargo, visita Mallorca con motivo del XXVIII Encontre Internacional de Compositors, organizado por la Fundació ACA.

Sánchez-Verdú nació en 1968 en Algeciras. Inició sus estudios musicales en Granada y los continuó en Madrid, donde se formó como compositor, director y musicólogo, licenciándose, paralelamente, en Derecho por la Universidad Complutense. Amplió su formación como compositor y director en ciudades como Siena, La Haya, Darmstadt o París, haciendo estudios de postgrado en la Musikhochschule de Fráncfort. Antes de viajar a Alemania, fue profesor de Contrapunto y Fuga del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y ha sido invitado como conferenciante al Mozarteum de Salzburg, de la Universität der Künste de Berlín, y en la Hochschule de Bremen, entre otros centros.

El proyecto Meridians en el que participará Sánchez-Verdú mañana, quiere visibilizar «los ejes invisibles entre pasado y presente». Así las partituras del compositor y las de Guillaume de Machaut se unirán en un retorno al pasado que quiere ser una mirada hacia el futuro.

Sánchez-Verdú se sumerge en el proyecto con la idea «de que la tradición está hecha para traducirla y reinterpretarla en el presente». El compositor «cree en aquel progreso a partir de la base de que sólo en la aventura, en la ruptura, en la renovación del lenguaje se puede conducir la música por la senda del trasvase del conocimiento». Pretende, pues, aproximarse «a los límites que crean riesgos en la obra».

Así busca a unos oyentes sin prejuicios, «con el oído limpio, abiertos a la aventura y al riesgo de un viaje por el sonido, el tiempo y sus estructuras y formas». Investigación nada fácil en un país donde la comprensión de la música, tanto clásica como contemporánea, es aún para unos pocos. Sánchez-Verdú destaca la cultura musical que hay en los países del norte de Europa donde «los niños cantan», cosa que aquí se ha perdido completamente». En eso, él aporta, desde hace tiempo, su granito de arena.