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Nuestros políticos son ese modelo ideal de lector, ese perfil que sube los índices de lectura y que encuentra en la literatura un mundo paralelo, «un viaje balsámico» con el que «huir de los problemas cotidianos» y alcanzar «cierta tranquilidad». Así lo reconoció el president del Govern, Francesc Antich, flamante lector y seguidor de firmas como la del Premio Nobel Orhan Pamuk. Hasta 19 obras ha leído este año Antich, quien ayer perseguía Castillo blanco, del mismo autor, y adquiría en la Plaça de Cort una recopilación poética de Miquel Martí i Pol. L'adressa desconeguda, de Kressman Taylor, se lo regalo de Bàrbara Galmés
Junto al president del Govern, recorrían las paradas la consellera de Cultura, Bàrbara Galmés, y la alcaldesa de Palma, Aina Calvo. Galmés, que llevaba su particular lista literaria de la compra, fue obsequiada por parte de Calvo con Menjar ràpid, sa i bo. La alcaldesa no buscaba nada en especial para ella, «los libros son para regalar». En estos momentos Calvo disfruta del ensayo de Manuel Castells, Mujeres y hombres: ¿Un amor imposible? Todos tienen libros de cabecera, pero ayer ampliaron sus bibliotecas. La presidenta del Consell, Francina Armengol, confesó que está leyendo Marginalia, de Jaume Mateu, y una biografía de Emili Darder escrita por Arnau Company, y que compraría la última de Ruiz Zafón. Por su parte, la consellera de Cultura, Joana Lluïsa Mascaró, quien está leyendo algunas obras de Maria Antònia Salvá, aseguró que echaría un ojo a las novedades. Aunque muchos mostraron interés por la literatura escrita en castellano, la mayoría se decantó por la literatura en catalán. La regidora de Cultura, Nanda Ramon, se decantó por los últimos Ciutat de Palma. Biel Barceló, portavoz de Bloc, por La batalla de Walter Stamm, de Melcior Comes, mientras que a hijo Sergi, que ya ha leído algunas obras de Ruiz Zafón, le compró El juego del ángel «porque me lo ha pedido». El presidente de UM, Miquel Nadal, adquirió varios libros, entre ellos El Misteri de l'Amor, de Joan Miquel Oliver. Siguiendo con la tradición, Nadal compró Memòries, de Jordi Pujol, para regalar.

Y el diputado Francesc Fiol, quien se compró Un día de cólera, de Pérez Reverte, recomendó a la presidenta del PP, Rosa Estaràs La mort i la pluja, de Guillem Frontera.