«La Administración es lenta», justifica el secretario autonómico de Cultura, Guillem Estarellas, respecto a las plazas que no se han cubierto en la Biblioteca Can Sales, lo que ha llevado paulatinamente a la merma de servicios y al cierre parcial de la segunda planta por falta de personal, como ya publicó ayer
Ultima Hora. Es más, el horario de verano del centro de la Plaça Porta de Santa Catalina de Palma, que es de titularidad estatal y gestión autonómica, se redujo a las mañanas de julio y agosto. Pero Estarellas asegura que «el pasado 18 de febrero di orden a la secretaria general de cubrir todas las plazas vacantes, no solo en Can Sales, sino en Menorca, en Ibiza», y a esta biblioteca le corresponden cinco.
Estos cinco puestos de trabajo no son «laborales, tienen que ser cubiertos por funcionarios, y los concursos llevan su proceso». Por ello, Estarellas ha decidido que si no se cubren abrirá «el bolsín de interinos» para agilizar el procedimiento, aunque no ha podido concretar cuándo llegarán a la biblioteca los cinco trabajadores necesarios «ya que no depende solo de mí, sino también de Función Pública».
Técnicos
Por otro lado, en Can Sales se preguntan por los conocimientos específicos de los técnicos que vayan a cubrir las plazas, ya que pueden proceder de cualquier órgano de la administración autonómica. Estarellas responde que «serán de la misma categoría, si es un administrativo, pues será un administrativo, y si es un restaurador, será un restaurador».
Cuando se abrió la biblioteca en 2005 se generaron plazas que no dio tiempo a cubrir por lo que se contrató a una empresa externa y durante un tiempo funcionó en régimen de cogestión. Un trabajo de seguimiento de la agrupación municipal Més recuerda que en 2011 se prescindió del personal externalizado, pero no se generaron plazas. Desde entonces «se ha desarrollado de una forma muy silenciosa una estrategia de deterioro de este servicio público», acusa la portavoz adjunta, Fina Santiago.
Paralelamente al recorte de personal, los problemas presupuestarios ya dejaron a la biblioteca sin poder adquirir novedades o emitir carnés para los usuarios. La degradación aumentó en 2012 cuando se tuvieron que cerrar los baños por avería y falta de mantenimiento. También dejó de funcionar el servicio de climatización, lo que ha provocado casos de mareos y sofocos entre los usuarios. Ese mismo año, la Planta Infantil y la Bebeteca cerraron el servicio matinal. «Se está perdiendo la doble función de esta biblioteca: la investigadora y la puramente bibliotecaria y que ofrece un importante servicio de barrio facilitando espacios de estudio en condiciones para gente que lo necesita», lamenta Santiago.
El pasado año ya intentaba resistir bajo mínimos. La sala de investigadores tuvo que reducir drásticamente su horario. Una jubilación no cubierta obligó a ofrecer este servicio solo dos días por semana. Més lamenta que los hechos se repiten ya que una nueva jubilación ha obligado a cerrar la segunda planta por las tardes, «donde hay obras de referencia». Santiago opina que «cerrar Can Sales tendría un impacto negativo políticamente, la estrategia de este partido [PP], que no cree en lo público, es quitarle poco a poco el valor al servicio hasta cerrarlo o privatizarlo».
2 comentarios
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Com quasi sempre, quan aixecan la llebre, el ca comença a corre
Se n'haurien de racionalitzar les coses. Tenim biblioteques del Govern (amb inversió de l'Estat), biblioteques del Consell i biblioteques municipals. La Misericòrdia (del Consell) també conté espais d'investigació. Em sembla que Can Sales hauria de ser gestionada per la xarxa del Consell.