El 12 de junio de 1921 nacía en Valencia el que iba a ser y es el director español más exitoso de todos los tiempos, autor de grandes obras maestras del cine patrio. Se cumple el primer centenario del nacimiento de Luis García Berlanga (Valencia, 1921 - Madrid, 2010), autor de inolvidables clásicos como Bienvenido, Mister Marshall (1953), Plácido (1961), La escopeta nacional (1978) o El verdugo (1963), cinta esta última rodada en su gran mayoría en Mallorca, en escenarios tan atractivos y reconocibles como Can Barbarà, el muelle de Palma o las Coves del Drach, en Porto Cristo (Manacor).
Los primeros pasos de Berlanga, considerado en sus inicios como uno de los renovadores del cine español de posguerra, fueron en el año 1951 con Esa pareja feliz, codirigida en este caso junto a Juan Antonio Bardem.
Su obra se caracteriza por su mordaz ironía y sus ácidas sátiras sobre diferentes situaciones sociales y políticas. En la etapa de la dictadura despuntó su habilidad para burlar la censura de la época con situaciones y diálogos no excesivamente explícitos, pero de inteligente contralectura, logrando sacar adelante sus proyectos.
Mejor película
En el caso de El Verdugo, está considerada la mejor película del cine español de todos los tiempos. Protagonizada José Isbert, Nino Manfredi, Emma Penella, Ángel Álvarez, Alfredo Landa, Manuel Alexandre o Antonio Ferrandis, gira en torno a José Luis (Nino Manfredi), engatusado por el padre de su pareja (Emma Penella), Amadeo (José Isbert), para sucederle como verdugo y que lidie con una orden de ejecución en Mallorca. Y aquí, en la Isla, Berlanga rodó algunas de las escenas más memorables e inolvidables del cine español.
En este sentido, el cineasta valenciano dio la oportunidad a muchos mallorquines de participar como extras en esta producción y concedió pequeños papeles a actores de la escena local, como Xesc Forteza o Joan Ferrer, quien se puso en la piel de un guardia civil y cuya historia fue recogida por el director isleño Toni Bestard en el documental El anónimo Caronte, que logró una nominación al Goya.
«Berlanga fue un adelantado a su tiempo y El verdugo una película ácida, con mucha carga crítica, que logró, con sutileza, saltar la censura gracias a un genial humor y al guión de Rafael Azcona», recordaba Bestard en este diario en el 50 aniversario de la cinta, en el año 2013. El cineasta mallorquín destaca que Berlanga llegó a Palma en un momento en el que «el atractivo de la Isla» comenzaba a generar «gran expectación».
¿Qué supuso que este genio del séptimo arte escogiera Mallorca en los 60 para rodar esta obra maestra? Para Pedro Barbadillo, director de la Mallorca Film Commission, la repercusión de El verdugo «fue muy importante para la Isla». Recuerda que el filme ganó el Premio de la Crítica en el Festival de Venecia y «en su momento fue una de las películas de mayor éxito internacional del cine español, contribuyó a dar a conocer los escenarios naturales de una Mallorca, que empezaba a ser ya un destino turístico de primer nivel», sostiene.
Algunas escenas, como la de la búsqueda del verdugo en las Coves del Drach, «han pasado a formar parte de lo más representativo de nuestro patrimonio cinematográfico. Como siempre en Berlanga, el humor cáustico revestido de costumbrismo, le permite ironizar sobre algo tan terrible como la pena de muerte por garrote vil, precisamente en el año en que la dictadura asesinaba a Julián Grimau y a varios militantes antifascistas más». No debió sentar bien al régimen de Franco, considera Barbadillo, «si nos atenemos a lo que dijo su embajador en Roma, Sanchez Bella, que lo consideraba ‘uno de los mayores libelos que jamás se han hecho contra España'. A Berlanga le costó no poder dirigir durante cuatro años».
Etapa
Para el responsable de la Film Commission, «Berlanga es sin duda uno de los grandes del cine español, en una etapa en la que hacer películas como las que él hacía suponía asumir grandes riesgos». Aunque hoy bastante olvidado, «su sentido crítico, su inteligencia, su ironía y su frescura nos permiten reconciliarnos con nuestra historia», concluye.
5 comentarios
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Entre la Mallorca de antaño y la Mallorca de hogaño, me quedo con la de ahora y sus parámetros de bienestar, sanidad, educación, etc. Para la cultura, sin embargo, tengo mis dudas.
Con talento se llega donde se pretende llegar. Al dúo Berlanga-Azcona les sobraba.
Poco queda de aquella Mallorca. Los hoteleros la han dejado como un bebedero de patos.
La llamada División Azul puede llevar a todo, incluso al cine.