Se trata de obras que «prácticamente no han visto nunca la luz, y cuando digo prácticamente me refiero a una pieza que no se había leído en voz alta y ha llegado el momento de hacerlo», sostiene. Y, de hecho, el espacio escogido para ello es el de una galería que cerró, en la calle Sant Jaume, 15, desde hace más de una década y que ahora ocupa Maraver «antes de que se convierta en una residencia». «Hable con el propietario porque tengo muy buena relación con él tras las exposiciones benéficas de la asociación Llevant en Marxa que ha organizado aquí», narra, y será «la última exposición que se haga en este lugar, es un cierre triste, pero a la vez con sentido».
Reencuentro
Inèdit ha significado también un «reencuentro» de Luis Maraver con sus obras. «Ha sido sorprendente ver cómo se pueden conectar unas con otras, la verdad es que la selección está hecha tras pensar y pensar mucho, tenía que encajarlas e ir generando un diálogo entre piezas que tienen 25 años y otras más recientes». También muestra «obras en papel, cuadernos de viajes, que nunca había sacado a la luz, es emocionante», prosigue.
Maraver avanza que la pieza principal de Inèdit es Enigma, una pintura mural de cuatro metros y medio por tres y medio, en la que lleva trabajando desde el año 2006 fruto de su viaje a Egipto. La decribe como una obra «monumental, cargada de fuerza y simbolismo».
Como los viajeros de antaño, Luis Maraver lleva siempre un cuaderno, lápices y su pequeña caja de acuarelas para así poder captar imágenes, momentos y sensaciones; de regreso en el estudio, estos apuntes e ideas se convertirá en pinturas. El viernes, con Inèdit, toda esa labor creativa saldrá a la luz.
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