El escritor Toni Montserrat, este martes en el Passeig del Born de Palma. | Jaume Morey

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Toni Montserrat narró en su primer libro, Isla negra, un crimen real cometido en la isla pitiüsa en el siglo XIX. Ahora regresa con un thriller ambientado en Mallorca, Mala mar, que se se presentará este miércoles, a las 19.00 horas, en Can Vivot.

¿Qué le llevó a ambientar la historia en la Mallorca del siglo XIX?
Me interesaba ese periodo histórico. Tuve que documentarme a fondo. La fuente principal fue la descripción que hace de la isla el Archiduque Luis Salvador. Es una narración de primera mano. Otras fueron las crónicas de la ciudad, firmadas por el cronista de Palma, Bartomeu Bestard.

El proceso de documentación de Mala mar fue más breve. Isla negra me llevo seis años, que transcurrieron desde el planteamiento inicial hasta el proceso de escritura. Fue un aprendizaje, un auténtico máster de escritura. He evolucionado mucho respecto a mi primera obra, por eso considero que los tiempos de escritura y preparación son diferentes.

¿Qué encontrará el lector en Mala mar?
Descubrirá una isla inédita. Quiero sumergir al lector en una época desconocida de Mallorca. Me puse a trabajar con esa idea. El crimen que se narra en mi primer libro es real, pese a que la trama es ficción. En Mala mar no es así, pero me inspiré en crímenes posteriores que ocurrieron en Mallorca, para ofrecer mayor verosimilitud.

¿El factor común de sus novelas son los protagonistas?
Los protagonistas son los mismos: Antoni Riera, Marc Guasch y Lucía Lequerica. Son historias autoconcluyentes en las que la investigación se resuelve en cada entrega. Eso da pie a que se puedan leer sin orden, pero los personajes sí evolucionan. Recomiendo leer primero Isla negra y después Mala mar para entender mejor a los protagonistas. En el nuevo libro aparecen algún personajes nuevos, como el periodista mallorquín Pere Pau Bestard, que es uno de los narradores de la novela.

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¿Va tenercontinuidad esta serie?
Sí. La primera novela transcurre en Ibiza y la que se acaba de publicar se desarrolla en Mallorca. La próxima estará ambientada en Menorca. Las realidades de cada isla eran muy diferentes. En Ibiza, en el XIX, encontramos una clase burguesa con un poder económico limitado, con campesinos que vivían en la miseria. En Mallorca si existían diferentes estratos sociales como aristócratas y grandes comerciantes. Es muy interesante mostrar esas diferencias.

Realiza un análisis de época, ¿no es así?
Me interesaba la Mallorca postcólera. Mala mar transcurre en febrero, algunos meses después del fin de la epidemia. Quería entender como se gestionó y quienes eran los héroes. El gobernador, por ejemplo, llegó el día antes que se desatara el cólera. En el Ayuntamiento de Palma llevaba unos meses el alcalde Miquel Estade, que era una persona de consenso pese a su progresismo. Al llegar el gobernador, el Marques de Casa Pizarro, da la sensación que su función personal es hacerle caer. Fue una disputa política. En lugar de trabajar en la erradicación de la epidemia, el gobernador antepone la confrontación. Todo eso aparece en la novela.

¿Como se escribe sobre una epidemia en el mundo postcovid?
Hay paralelismos. En el XIX se comienzan a adoptar políticas sanitarias. Las autoridades habían creado dos tipos de cordones sanitarios; la militarización de la costa y la creación de cordones sanitarios internos. Las poblaciones de la isla estaban aisladas. En palma ciudad hubo 2000 muertos. Eso suponía un 4% de la población. Se vivió un caos social; en las crónicas se destaca que algunas personas abandonaron a sus familiares moribundos.