Joan Valent ha ofrecido un adelanto de su nuevo disco, 'Renéixer' en el Centre Internacional de Fotografia de Llucmajor. | Pere Bota

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Hay artistas que permanecen anclados en su pasado; otros, evitan mirarse en ese espejo por vergüenza o rechazo. Joan Valent (Algaida, 1964) no cabe en ninguna de estas clasificaciones, pues cree que «revisitar la música que has hecho en el pasado es un ejercicio de humildad». Lo afirma en referencia a su nuevo proyecto discográfico, Renéixer, que lanzará el próximo mes de octubre. . Sin embargo, antes de ver la luz y poner en marcha una gira de presentación, ayer ofreció una muestra abierta en el Centre Internacional de Fotografia Toni Catany (Llucmajor), en un acto organizado por el Servei d’Activitats Culturals de la UIB.

Renéixer, cuenta, se nutre mayoritariamente de temas inéditos, aunque también incluye algunas canciones «muy antiguas, de hace veinte o treinta años, pero en una versión nueva, reeditada». «La serenidad y madurez que te otorga la vida y la experiencia hace que suenen desde un punto de vista totalmente diferente», señala. «Cuando empiezas una carrera musical, quieres que tu obra llegue a mucha gente, que sirva para colocarte en un lugar. Ahora, con el paso de los años, me doy cuenta de que volver a ellas, revisitarlas, es reencontrarme conmigo mismo. Escribo desde otro lugar o intuición, busco sentirme reconfortado», aclara.

Sobre esa reconciliación con su pasado, asegura que no teme mirar de cara al compositor que fue hace décadas. Comparándolo con escritores que rehúyen el releer sus propios textos tiempo después de publicarlos, Valent considera que escritor y compositor no lo viven de la misma manera. «Un escritor tiene su obra publicada y reeditarlo implicaría la reescritura. Los músicos lo tenemos más fácil en ese aspecto, porque aunque una partitura es una forma de escritura, la puedes vivir desde otras vertientes o según el momento en el que te encuentres. Por eso decía que revisitar la música que has compuesto es un ejercicio de humildad, porque buscas más allá de la música en sí», matiza.

Por otra parte, explica que el álbum surgió de «las ganas que tenía de juntarme con la gente con la que he trabajado en estos años y tanto aprecio, como Joan Martorell, Carlota Coll o Smerald Spahiu, entre muchos otros; quería que nos juntáramos para tener alegrías y que las lleváramos por el mundo». Renéixer, además, fusiona las texturas de un quinteto de cuerda, la profundidad del piano y las posibilidades infinitas de la electrónica. «Cada instrumento tiene su mundo, pero es muy difícil conseguir que la música cuente cosas. Ese es el auténtico reto, pero es cierto que, cuando por fin lo logras, es fantástico y muy gratificante. Al final, hacer un disco es algo muy emocionante y Renéixer es muy emotivo, espero que la gente lo disfrute tanto como yo».

Así las cosas, el disco transmite «un estado de vida, una fiesta, que es el reflejo del momento en el que me encuentro ahora mismo». «Al fin y al cabo, cuando un artista hace un disco, este es el testimonio de la sensación que tiene en ese instante. En mi caso, es fiesta, alegría, serenidad», añade. Porque, aunque ‘fiesta’ y ‘serenidad’ puedan parecer dos conceptos contradictorios, Valent asegura que «la serenidad es desde donde más se disfruta la fiesta; pero lo complicado es tener esa serenidad, que en buena parte llega con la edad».

Novedades

Entre los nuevos temas de Renéixer figura una pieza que surgió de una conferencia del Club Ultima Hora - Valores que llevó a cabo Txema Brotons, fundador y director científico de Tursiops, es Es Baluard. «Trataba de cómo se comunican los cachalotes, que sorprendentemente viven aquí mismo, en nuestro mar, algo que yo desconocía por completo y me pareció maravilloso. Explicaron que cada uno se comunica a su manera, con unos sonidos propios que se diferencian de los demás, un poco como los humanos. Pregunté a Txema que me dejara escuchar esos sonidos para hacer algo musical y así surgió la obra, que no tocamos en Llucmajor porque además queremos hacer un videoclip y prefiero guardarla para el estreno del disco. Es un diálogo de piano, cuerda y electrónica con los sonidos de los cachalotes», avanza.