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La empresa Global Blue, que gestiona la devolución del IVA a los visitantes que lo solicitan por sus compras en España, facilita periódicamente los datos a los medios de comunicación, que los suelen publicar sin mayor análisis, dando lugar a informaciones erróneas. Recientemente han comunicado que los chinos habían realizado el 33% de las compras efectuadas en España por los turistas, y los rusos el 8%, y así lo publicaron varios periódicos, que destacaron que los chinos eran los principales clientes del turismo de compras.

Digamos en primer lugar que no existe el turismo en el que la compra sea el principal factor motivacional, es decir no existe el turismo de compras, y en segundo lugar que los chinos no son ni los principales compradores ni representan un tercio de las compras.

Ni Global Blue ni los medios que recogen esas informaciones nos indican el volumen total de las compras que efectúan los chinos con derecho a devolución de IVA, que, en mi opinión, estaría en torno a los 160 millones de euros en el último año y, sobre todo, se olvidan de indicar que las compras de los ciudadanos de la Unión Europea no tienen derecho a ese retorno y por tanto no están incluidos en estas estadísticas. Si lo hubieran estado, británicos, alemanes, franceses e italianos pasarían a ocupar los primeros puestos y los chinos quedarían relegados a lugares muy secundarios, fuera de los diez primeros lugares.

Para hacernos una idea, por cada chino que visita España lo hacen más de cuarenta británicos o treinta franceses que, por poco que gasten en compras, por puro volumen, gastan más en su conjunto.

En lo que son muy competentes Global Blue y sus aliados en la promoción del llamado turismo de compras, Iberia, AENA y el Corte Inglés es en su capacidad para llegar a la opinión pública con el mensaje de que sus prioridades son las que más convienen a todo el país. Iberia tiene necesidad de promocionar su nueva ruta a China, AENA cobra mayores tasas a aviones de gran tamaño que hacen esas rutas y sus tiendas libres de impuestos en los aeropuertos obtienen mayor rendimiento de cada chino que pasa por ellas que de cada británico o francés. Lo mismo vale para el Corte Inglés.

Como digo lo hacen muy bien, pero hay que evitar que desvíen a nuestro sector y nuestras autoridades de las que deberían ser sus prioridades: el buen funcionamiento del sistema turístico más competitivo del mundo, según ha vuelto a señalar el World Economic Forum. Y de momento ese sistema está adaptado a nuestros principales clientes, las clases medias y medias altas de los países europeos. Ya llegará el día de los chinos, pero no en los próximos diez años.