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Balears no debe dejar pasar la gran oportunidad -como sí hizo en todas las ocasiones que se le presentaron en el pasado- de consolidar el crecimiento de su economía en un momento como el actual en el que, tal como confirman los últimos datos que acaba de hacer públicos el Servicio de Coyuntura de CAEB, la inversión ha ganado pulso por primera vez en los últimos cinco trimestres y se sitúa como el componente de la demanda que más crece revirtiendo su efecto no solo sobre el sector servicios sino también sobre la construcción y la industria. Este mayor dinamismo de la inversión empresarial tiene un efecto directo en la mejora de las expectativas de la economía tanto en el corto como en el medio plazo y propicia que la economía balear tenga hoy ante sí una coyuntura cuajada de oportunidades en la que la recuperación de los niveles de facturación, margen y rentabilidad de las empresas abre la posibilidad de dar continuidad a la actual fase de crecimiento económico y de empleo.

Sin embargo, nada se logra por generación espontánea y que seamos capaces de materializar estas oportunidades requiere, al mismo tiempo, esfuerzos que se deben acometer tanto desde el ámbito privado como desde el sector público. Por un lado, las empresas deben encauzar sus energías a estimular tanto la reinversión de beneficios como la atracción de nuevo capital hacia sus respectivos sectores de actividad. Por otro, la Administración ha de dirigir sus esfuerzos a actuar con precisión sobre las palancas que están a su disposición con el fin de impulsar la eficiencia y la innovación. Y lo más importante, unos y otros afanes deben estar orientados, todos ellos, no a producir más, sino a producir mejor, es decir, a transformar y no ampliar la base productiva.

La clave del presente es que no se trata solo de crecer, sino de consolidar y sostener el crecimiento. Esta es la gran oportunidad que tiene por delante en este momento Balears en el marco de una coyuntura generosa en la que el pulso inversor se erige en aliado perfecto para favorecer la actividad y mejorar, progresivamente, la competitividad del archipiélago.

Gracias. No puedo finalizar estas líneas sin expresar mi más sincero agradecimiento a todas las personas que con su presencia y su apoyo nos acompañaron el día 8 de junio en la Gala del Empresario en la que hicimos entrega del Premio Empresario del Año, todo ello, en el marco de la celebración del 40 aniversario de la fundación de CAEB. Entre todos fuimos capaces de trasladar el mensaje de que los empresarios estamos al servicio de la sociedad y que nos sentimos comprometidos con el progreso de esta tierra a la que tanto amamos y con la mejora del bienestar de sus ciudadanos. Gracias a todos y gracias también y de manera muy especial, por su impagable labor, a todas las organizaciones empresariales, a todos sus directivos y a todas las personas que trabajan en ellas, día a día, dedicando mucho tiempo y muchas energías para mantener el asociacionismo empresarial tan vivo y con la fuerza que hoy une a esta gran familia que es CAEB. Cuento con todos vosotros para seguir trabajando, juntos, por un futuro mejor.