El compromiso que une a los empresarios de Balears a favor del progreso social y económico de nuestra comunidad está en el ADN de CAEB y forma parte de la misión y la visión que nos alienta a trabajar de forma incansable y codo a codo con las más de 80 organizaciones empresariales que conforman la gran patronal balear para que avancemos, juntos y con una sola voz, con el objetivo último de contribuir a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de Balears.
Es el ejercicio de esta responsabilidad social el que otorga el liderazgo al empresario como figura referente de la sociedad por su vocación creadora de riqueza, empleo y prosperidad, imprescindibles para optar a un futuro mejor y, por tanto, el que legitima que su voz deba ser escuchada, ya que, si bien es cierto que la economía balear afronta una coyuntura favorable, también lo es que no está exenta de riesgos a la baja debido a focos de incertidumbre en el panorama mundial, europeo, nacional y, también, dentro de nuestra comunidad balear que hacen necesarias ciertas reformas.
En el plano internacional, la deriva aislacionista que evidencian algunas de las principales economías, como la norteamericana, amenazan con una contracción de la actividad comercial. En Europa, es preciso prestar atención a las negociaciones en torno al brexit y a los efectos que una futura normalización de los tipos de interés en la zona euro pueda causar en el balance de empresas y, especialmente, de las administraciones públicas que aún mantienen elevados niveles de endeudamiento. A nivel nacional, es evidente que las actuales tensiones territoriales afectan a la confianza empresarial y, por tanto, a la inversión. Es imprescindible que se escuche también el mensaje de los cientos de empresarios que, seguro muy a su pesar, han tomado la decisión de cambiar de sede sus empresas huyendo de la inseguridad jurídica generada.
Desde CAEB, nos solidarizamos con las empresas de Catalunya por la difícil posición en la que se encuentran y abogamos por el restablecimiento de la normalidad democrática entendiendo que la base de la democracia es la ley y que la solución al actual problema debe buscarse dentro del ordenamiento jurídico. Y en Balears afrontamos nuestros propios riesgos, fruto de las debilidades inherentes a una estructura económica muy madura que registra una pérdida continua de productividad y una débil posición competitiva lo que, en su conjunto, provoca una erosión del bienestar ciudadano.
Es preciso que en la redacción de las nuevas leyes y reglamentos se dote a las empresas de un marco normativo adecuado y se impulsen medidas concretas que mejoren la competitividad y el desarrollo tecnológico, evitando que los impuestos y las cargas administrativas obstaculicen la actividad económica y el crecimiento sostenido del empleo y, por último, medidas de fomento de la productividad que permitan asumir mejoras en el mercado laboral. Si estamos de acuerdo en que el progreso es aquello que nos permite evolucionar hacia mejor, la voz de los empresarios debe ser escuchada.