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Actualmente el ambiente está convulso porque el Govern está desarrollando la Ley de Cambio Climático y Transición Energética con el objetivo de sustituir toda la generación fósil por generación renovable en el largo plazo, potenciando también los enlaces eléctricos con la Península. En esta “transición” se incluyen medidas como el cierre en el 2020 de la central de Es Murterar, situada en una zona de humedales, para posteriormente cerrar las demás centrales e ir sustituyéndolas por producción renovable.

Para este periodo, que durará entre 20 o 30 años, el Govern cuenta con las actuales centrales de ciclo combinado a gas natural y con la energía que vendrá desde la Península por los enlaces. Pero estas centrales de gran tamaño tienen una pésima eficiencia, por lo que no parece la solución más adecuada. El futuro de las Islas tampoco debe pasar por un modelo en el que el apoyo de la generación térmica pase a producirse en la Península con el mismo impacto de emisiones a nivel global.

En Sampol, como empresa distribuidora y generadora de electricidad que apuesta por la eficiencia energética y las renovables, vemos que el futuro energético de Balears pasa por establecer un sistema de energía distribuida y no por construir de nuevo grandes centrales poco eficientes y poco estéticas. Tampoco queremos unas islas atravesadas por líneas de transporte de alta tensión; queremos un sistema energético adaptado a nuestra geografía, discreto y eficaz.

Así, los sistemas de energía distribuida se establecen a base de una distribución de pequeñas centrales de no más de 50 MW renovables y térmicas de alta eficiencia por todo el territorio. Estas últimas, que idealmente deben colocarse en lugares próximos a las concentraciones urbanas para poder suministrar, además de energía eléctrica, las energías térmicas provenientes de su generación, deben de poder responder rápidamente a las variaciones de producción renovable. Este sistema, que se conoce como cogeneración, consigue rendimientos superiores al 80%, y es un sistema que Sampol ha exportado por todo el mundo. Supone por supuesto una gran mejora medioambiental, debido al ahorro de emisiones.

Para conseguir una energía térmica mucho más económica, estas centrales de cogeneración se podrían ayudar con biomasa. Si tenemos en cuenta que la gestión de los pinares sigue siendo una asignatura pendiente, la gestión de la biomasa produciría una actividad empresarial importante para el sector forestal y nos permitiría contribuir a prevenir los incendios. Sería la cuadratura del círculo.

La liberalización del mercado de generación de la energía es un paso más en nuestro sistema económico que nos permitirá abrir el mercado a nuevos operadores, tal y como ordenan las directrices europeas. Poner fin a un monopolio de muchísimos años permitirá además incorporar nuevos sistemas de generación más eficientes que redundarán en la sostenibilidad de nuestro medioambiente y en garantizar el futuro de nuestras islas, paraíso del Mediterráneo.