El asesinato de los dos muchachos, Iosef Ishrán y Kobi Mandel,
lapidados por palestinos cuando iban a encender una fogata en un
valle junto al asentamiento judío de Tekoa "en el distrito
cisjordano de Belén" amenaza ahora con desencadenar graves
venganzas de parte de los colonos judíos, que van armados. De
hecho, soldados israelíes entraron ayer por la mañana en el
territorio autónomo de Gaza y destruyeron una comisaría palestina,
ya por la tarde realizaron dos nuevas incursiones en la misma zona
con carros de combate y atacaron un campo de refugiados, dejando
ocho heridos, entre ellos un bebé de tres meses.
La enésima escala de violencia se inició con la muerte de un
bebé palestino de cuatro meses, que ayer fue enterrado en medio de
un clima de venganza. Horas después del entierro murieron los dos
adolescentes israelíes, que fueron localizados ayer por la mañana.
«Llevamos ocho meses acumulando indignación y conteniendo a nuestra
gente pero la mecha se acorta, y temo que se encienda», declaró
antes de los sepelios Saúl Goldstein, dirigente de los
asentamientos israelíes de «Gush Etzion», donde está el de Tekoa. A
poco de trascender la noticia sobre el hallazgo de los dos
cadáveres, colonos del enclave judío de Hebrón, a menudo implicados
en actos de vandalismo contra los palestinos, promovieron choques
con sus vecinos árabes aunque no se informó de víctimas.
El Consejo de los Asentamientos de Judea y Samaría (Cisjordania)
y de la franja de Gaza exigieron ayer al primer ministro Ariel
Sharón que corte todo contacto con el presidente palestino Yaser
Arafat pues «es un enemigo y no un interlocutor para negociar» la
paz. Sharón, poco después culpó de las dos muertes y de la
«escalada terrorista» a Arafat.
Arafat, que conferenció ayer en Gaza con el ministro de Asuntos
Exteriores de Canadá, se abstuvo de condenar el asesinato de los
chicos israelíes, cuyos cadáveres fueron hallados en una cueva. En
cambio, calificó como «muy grave» una nueva incursión militar
israelí -esta vez en Bet Janún, al norte de la franja de Gaza- a la
que los palestinos replicaron con dos proyectiles de mortero,
aunque sin consecuencias, contra la aldea Kfar Aza, en territorio
israelí.
El Ejército israelí y el Servicio de Seguridad General (Sin Bet)
apresaron a 18 palestinos del distrito de Belén para interrogarlos,
entre ellos algunos presos de la comisaría de la Autoridad Nacional
Palestina (ANP) en la aldea Tkoa pues el establecimiento se halla
en la zona B en la que las partes, según el acuerdo de autonomía
para Cisjordania (1995), comparten el control de la «seguridad
general».
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