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En una campaña plagada de descalificaciones, los italianos se han quedado al final sin el debate cara a cara que persiguió sin éxito Rutelli. Aunque desde hace dos semanas no se pueden publicar encuestas, las que a nivel interno manejan las dos grandes coaliciones se reafirman en la ventaja que desde hace muchos meses otorgan al líder de la Casa de las Libertades.

«El triunfo está asegurado», comentaron ayer con autosuficiencia significativos miembros del equipo electoral de Berlusconi, que hablan de un margen neto de al menos doce puntos, que asegura holgada mayoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Los analistas del Cavaliere minimizan los efectos del fuego cruzado que sin descanso le ha dirigido buena parte de la prensa extranjera por sus problemas judiciales y las incompatibilidades que se derivan de su poderoso imperio mediático .

«Las diferencias son muy estrechas», insisten en el entorno de Rutelli, donde no se tira la toalla de la remontada predicada con insistencia de Norte a Sur durante toda la campaña. Fuera de las dos grandes coaliciones, El Olivo de centroizquierda y la conservadora Casa de Las Libertades, los sondeos que circulan como espadas en las horas postreras de la contienda sólo conceden opciones al Partido de Refundación Comunista (PRC) de Fausto Bertinotti. Las previsiones de los sondeos le otorgan al PRC, el último reducto de los continuadores del histórico Partido Comunista Italiano (PCI), un 6% de los votos, que podría tener un valor añadido en el caso de que las diferencias entre Rutelli y Berlusconi fueran mínimas.

Ni el Partido Radical de Emma Bonino, ni la Italia de los Valores del ex fiscal anticorrupción Antonio Di Pietro, ni la Democracia Europea apadrinada por Giulio Andreotti y liderada por el ex sindicalista Sergio D'Antoni parecen en disposición de superar el cuatro por ciento de los votos que da acceso al Parlamento. A la ex comisaria europea Emma Bonino no le habría servido para conmover a los electores el gesto desesperado de la huelga de hambre protagonizada durante la campaña en protesta por su «exclusión» de los medios de comunicación.

Pero si los sondeos se inclinan por Berlusconi, también dejan al descubierto un alto índice de indecisos, de en torno al 20 por ciento, a los que los candidatos dedican con esmero sus últimos mensajes.