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Según fuentes palestinas, cuatro de los heridos estaban en estado de «muerte clínica». Fuentes médicas confirmaron la existencia de 130 hospitalizados, y en Israel, donde no se registraron bajas, se notificaron cinco víctimas mortales palestinas y no siete, como se informó en un principio. Los enfrentamientos coincidieron con la celebración de asambleas y marchas en esos dos territorios, habitados por tres millones de palestinos, quienes guardaron tres minutos de silencio con motivo del nuevo aniversario, también el de la proclamación en 1948 del Estado judío en parte del territorio que se disputan ambos pueblos.

En la ciudad cisjordana de Ramala perdieron la vida dos palestinos, uno de ellos Adel Yauad Shajata, oriundo de Gaza y de 20 años, miembro de la policía palestina que operaba en esa zona. Los enfrentamientos más violentos se produjeron en la franja de Gaza, donde al menos murieron cinco palestinos, uno de ellos guardaespaldas del líder islámico Ahmed Yasín, de Hamas. La víctima fue alcanzado por los disparos efectuados desde un tanque israelí, cuando se disponía a lanzar un mortero contra el kibutz Kfar Aza, según fuentes israelíes.

En un mensaje emitido por la radio y la televisión, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yaser Arafat, advirtió a los israelíes y a la comunidad internacional que «no habrá paz en Oriente Medio hasta que los hebreos, incluidos todos los colonos, abandonen Gaza y Cisjordania y tampoco habrá paz sin un Estado palestino con capital en Jerusalén».«Arafat dice que desea un Estado con capital en Jerusalén pero quiere conseguirlo por el terror y la violencia», dijo el ministro israelí de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, quien agregó que su país «está dispuesto a volver mañana mismo a las negociaciones de paz con los palestinos», totalmente bloqueadas desde hace casi cinco meses y que dieron lugar a la renovada Intifada.

El septuagenario líder puso en esta «jornada negra» el énfasis en la necesidad de que el Gobierno de unidad del primer ministro judío Ariel Sharón reconozca el derecho de cuatro millones de refugiados a regresar a sus hogares en territorio de Israel, los que se vieron forzados a abandonar a raíz de la primera guerra árabe-israelí de hace 53 años, que estalló al proclamarse el Estado judío. El día de la «Nakba» también fue recordado por el millón de ciudadanos palestinos de Israel, un 20 por ciento de los habitantes del Estado judío, aunque sin incidentes. Diputados judíos se enfrascaron en el Parlamento con sus colegas y opositores de la minoría árabe y exigieron su expulsión al expresar su solidaridad con los palestinos en la «Nakba».