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Rusia admitió ayer por primera vez que el plan de Estados Unidos para instalar en Alaska un silo de cohetes interceptores como parte del polémico escudo antimisiles «puede entrar en el marco» del tratado ABM. Este reconocimiento fue uno de los resultados de la reunión esta semana en Washington entre las delegaciones norteamericana y rusa en el debate bilateral sobre armas nucleares ofensivas y defensivas, según el jefe de los enviados del Kremlin.

El general Yuri Baluyevski, segundo jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, dijo antes de regresar a Moscú que el propio ABM «permite la creación» de tales silos y «campos de pruebas». Firmado por Moscú y Washington en 1972, el ABM sólo autoriza dos sistemas de defensa en cada país, uno en torno a las capitales y el segundo para proteger una base de armas nucleares ofensivas.

Baluyevski manifestó, según Itar-Tass, que la construcción de un silo de cinco o diez misiles en Fort Greely, Alaska, «podría caber» en una cláusula del ABM que autoriza sitios «adicionales» siempre que se notifique con antelación.

El general ruso dijo que «vivimos en un mundo civilizado, así que esperemos tal notificación» previa. Varios altos cargos norteamericanos han revelado recientemente que a partir del próximo 15 de agosto comenzará la tala de árboles en el futuro emplazamiento del silo subterráneo en Fort Greely.