Un padre corre para proteger a su hija instantes después de la explosión.

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EUROPA PRESS/BELFAST La tensión se disparó hoy en el norte de Belfast, cuando los radicales protestantes lanzaron un artefacto explosivo contra los policías norirlandeses que escoltaban a las alumnas del colegio de Santa Cruz y sus familias por tercer día consecutivo. La explosión, que se saldó con cuatro agentes heridos, desató el pánico entre las niñas que, entre gritos y carreras, huyeron hacia el colegio. El atentado provocó condenas desde todos los sectores, y, después de tres días de tensiones, el ministro británico para el Ulster, John Reid, decidió interrumpir sus vacaciones.

El artefacto, posiblemente un cóctel molotov, fue lanzado contra los agentes del cordón policial que protegía a las cerca de 80 alumnas y sus padres, por tercer día consecutivo, de los ataques de lealistas que protestan por los ataques que, aseguran, han sufrido sus casas en el barrio de Ardoyne. Antes, los católicos habían sido apedreados. El colegio se encuentra en pleno centro de una pequeña comunidad protestante, Glenbryn.

Las niñas salieron corriendo y llorando hacia la escuela, y una mujer sufrió un 'shock' y tuvo que ser hospitalizada. Además, cuatro policías resultaron alcanzados por la explosión, sobre todo en las piernas, aunque no se teme por su vida. «Fue el caos absoluto, empezamos a correr en círculos, había niños por todas partes», recordaba poco después una de las madres, Philomena Flood, citada por la BBC.

«Es una pesadilla pensar sólo que podría haber sido una niña de cuatro años la alcanzada», afirmó uno de los directores del colegio, el padre Aidan Troy, mientras la jefa de estudios, Ann Tanney, explicaba que el ataque ha sido «la antítesis» de todo lo que el colegio está intentando enseñar a las niñas en materia de convivencia. A primera hora de la mañana, y tras una noche de incidentes en la zona, ya se había producido un primer incidente en este barrio del norte de Belfast, cuando los artificieros hicieron explotar de forma controlada un paquete sospechoso que finalmente no resultó ser una bomba.