El presidente venezolano, Hugo Chávez, anunció una marcha popular
el próximo 24 de agosto contra el fallo judicial del Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ) que exculpa a cuatro altos militares
implicados en el golpe de Estado del 11 de abril. Sus partidarios
llamaron, además, a un «cacerolazo» de dos horas mañana contra los
once magistrados que votaron a favor de la exculpación de los
militares. «No nos vamos a quedar con esa (decisión del TSJ), ahora
lo que viene es un contraataque del pueblo y de las instituciones
verdaderas, contraataque revolucionario», exclamó Chávez, en un
acto en la populosa barriada de El Valle, al noroeste de Caracas.
En su arenga, Chávez llamó a los sectores que lo apoyan a
participar en manifestaciones callejeras para rechazar la sentencia
que calificó de «grosera, un atropello» y como una «monstruosidad»
que ha «manchado» al poder judicial venezolano ante el mundo.
Chávez, acusará a los militares sobreseídos por el golpe de Estado
por «magnicidio intencional en grado de frustración», aseguró ayer
el ministro del Interior, Diosdado Cabello, en una entrevista
publicada por el diario caraqueño ´El Universal´.
Por segundo día consecutivo, Chávez arremetió contra los once
magistrados del TSJ que desestimaron iniciar un juicio por
«rebelión militar» a los altos oficiales, y descargó sobre la
Asamblea Nacional (AN) la responsabilidad de su posible
destitución. «Esos once magistrados no tienen moral para tomar
ningún otro tipo de decisión, son unos inmorales y deberían
publicar un libro con sus rostros para que el pueblo los conozca.
Pusieron la plasta», exclamó el presidente.
El llamado «contraataque revolucionario» se iniciará con la
revisión, por parte del Parlamento, de las designaciones de los
once magistrados que aprobaron el fallo, cuyo nombramiento fue
aprobado por la mayoría oficialista de la AN el 20 de diciembre de
2000. Para ello, la AN convino crear una comisión para investigar
al poder judicial y revisar los expedientes de los magistrados para
ver si cumplen con los requisitos que la ley les exige. «Esa
grosera decisión del TSJ lo que ha generado en el país es una ola
de presencia popular, la gente en la calle reclamando justicia»,
subrayó Chávez. No así contra los restantes ocho que se abstuvieron
de votar la sentencia y a quienes Chávez llamó a «salvar su honor y
majestad, tras oponerse a esta ignominia».
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