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Estados Unidos ayudó a Irak durante la guerra que sostuvo contra Irán, de 1981 a 1988, a pesar de que el espionaje de EE UU supo que los iraquíes usaban armas químicas, según informó ayer el diario «The New York Times». La ayuda al presidente iraquí, Sadam Husein, fue facilitada durante la administración de Ronald Reagan (1981-1989), aún cuando la Casa Blanca condenó el uso de esta clase de armas, señaló el diario, que cita a fuentes militares anónimas.

Las fuentes, indicaron que la derrota de Irán era considerada importante por el gobierno de Washington, que sostenía que el triunfo de Irak no iba a causar problemas a la producción de petróleo de las naciones del Golfo Pérsico.

En la actualidad, el presidente George W. Bush estudia la posibilidad de llevar a cabo una acción bélica para expulsar del poder a Sadam Husein, alegando que ese país fabrica armas de destrucción masiva y «mete su nariz en los asuntos del mundo», además de ser un problema para sus países vecinos.

Parte de la ayuda de EE UU a Irak, durante su guerra de ocho años con Irán, consistió en facilitar a las fuerzas armadas iraquíes planes de batallas e informaciones del espionaje norteamericano sobre los movimientos de las tropas enemigas.