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El Gobierno belga se esforzó ayer en minimizar los riesgos de una ruptura anticipada de la coalición entre liberales, socialistas y ecologistas, en el poder desde 1999, después de que ayer dimitiese la ministra de Sanidad para expresar su oposición a una polémica venta de armas a Nepal.

El primer ministro liberal, Guy Verhofstadt y sus aliados ecologistas, entre los que estaba la ministra dimisionaria, Magda Aelvoet, se esforzaron en reforzar su voluntad común de colaborar hasta las próximas elecciones legislativas, en junio de 2003. «El Gobierno está apoyado por su mayoría para seguir trabajando juntos hasta junio del próximo año», aseguró hoy Verhofstadt durante una rueda de prensa.

Aelvoet, jefa de filas de los ecologistas flamencos de Agalev, subrayó por su parte el carácter «personal» de su partida y se mostró «convencida más que nunca de la importancia de la participación de los ecologistas en este Gobierno». La viceprimera ministra y ministra de Transportes, la ecologista francófona Isabelle Durant, también descartó hoy una ruptura anticipada del Gobierno. «El Gobierno va a seguir en funcionamiento. Las elecciones se celebrarán en junio de 2003» como estaba previsto, declaró a la radio pública RTBF.

La dirección de los Verdes flamencos de Agalev insistió en la voluntad de su formación de permanecer en el Gobierno. Agalev entablará las conversaciones para designar al sucesor de Aelvoet en el Gobierno. Aelvoet anunció anteayer por la noche su dimisión para demostrar su desacuerdo con la venta por parte de Bélgica de 5.500 fusiles-ametralladoras a Nepal, que fue aceptada el pasado 11 de julio por un consejo de ministros restringido.