El Gobierno de Gerhard Schröder confía en que Alemania dejará de
ser en 2004 el vagón de cola del crecimiento europeo para, poco a
poco, recuperar su posición de locomotora económica, pese a la
catastrófica situación presupuestaria que en este año ha elevado el
déficit a un nivel histórico y a admitir que este año el
«crecimiento será nulo». Los ministros de Economía y Trabajo,
Wolfgang Clement, y de Finanzas, Hans Eichel, se repartieron ayer
la tarea de difundir dos mensajes aparentemente contradictorios:
Alemania incumplirá en 2004 por tercer año consecutivo los
criterios de Maastricht, pero al mismo tiempo empezará a salir de
la crisis. Clement fue el primer en comparecer ante la prensa, a la
que presentó los datos revisados del crecimiento económico.
En vez del 0,75 por ciento previsto todavía en primavera para el
crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), el gobierno parte
ahora de un «crecimiento nulo». Este estancamiento tiene efectos
directos sobre la situación presupuestaria, pues a la hora de
calcular los presupuestos para este año, trámite que hizo en 2002,
Eichel había partido de una expansión del dos por ciento,
pronóstico que revisó en primavera. Ya entonces el ministro dejó
claro que los expertos y el Gobierno habían errado en sus cálculos,
pues la recaudación fiscal estaba resultando mucho menor y el
desempleo costando mucho más de lo que se esperaba cuando todavía
no se vislumbraba una guerra en Irak y no se creía que Alemania
padecería el tercer año de estancamiento. Eichel presentó ayer un
presupuesto adicional que coloca el endeudamiento estatal en 43.400
millones de euros, más del doble de los 18.900 millones calculados
en el erario actual.
Esto significa, dijo Eichel, que el déficit público se situará
este año por encima del 4% del PIB, lo que supone un punto más por
encima de lo que se establece como límite en el Pacto de
Estabilidad y Crecimiento.
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