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Al menos 41 soldados de EEUU resultaron ayer heridos al estallar el coche bomba de un suicida en la entrada de un cuartel cerca de Mosul, en el norte de Irak, y tres iraquíes murieron en la capital en un ataque contra una mezquita suní.

«Los soldados dieron el alto el vehículo y este no paró, por lo que abrieron fuego. Entonces estalló el automóvil», explicó el mayor Trey Cate, portavoz de la 101 División Aerotransportada y que precisó que ninguno de los heridos corre peligro de muerte.

El atentado se produjo en la base de Tal Afar, ocupada por la tercera brigada de la 101 División Aerotransportada y uno de los principales acuartelamientos de EEUU en la región septentrional iraquí, a unos 80 kilómetros al oeste de Mosul.

Según fuentes militares norteamericanas, los soldados estadounidenses resultaron alcanzados por la metralla de la explosión ocurrida a primeras horas del día. Este ataque es el tercero que se registra en Mosul en tres días contra soldados de la 101 División Aerotransportada.

El nuevo ataque tiene lugar tras las advertencias del administrador civil de Irak, el diplomático norteamericano Paul Bremer, y el jefe militar de EEUU en este país, general Ricardo Sánchez, de que los atentados contra tropas de la coalición se incrementarán conforme se acerque el próximo junio, cuando está previsto que se produzca el traspaso del poder político a un nuevo gobierno local.

Además, un helicóptero norteamericano se estrelló ayer en un barrio del sur de la ciudad rebelde de Faluja, a 50 kilómetros al oeste de Bagdad, según afirmaron testigos presenciales, mientras el Ejército estadounidense informa de un «aterrizaje controlado».