La resistencia iraquí atacó ayer, un día después de la captura del
ex presidente Sadam Husein, sendas comisarías de Policía en Bagdad,
atentados en los que murieron una decena de iraquíes y más de 40
resultaron heridos.
Casi al mismo tiempo, un segundo coche-bomba sacudió del distrito
occidental bagdadí de Amariyah, de donde los servicios de socorro
evacuaron a varias personas con heridas de diversa consideración.
Además, varios jóvenes iraquíes resultaron heridos cuando
decenas de su compatriotas protestaban, de manera espontánea,
contra Estados Unidos en la localidad septentrional de Tikrit, cuna
del dictador caído.
Al amanecer, un coche-bomba hizo explosión frente a una
comisaría de Policía en el barrio residencial de Huseiniya, en el
noroeste de la capital. Agentes iraquíes confirmaron la muerte de
seis personas, todas ellas de nacionalidad iraquí, y más de una
veintena de heridos de diversa consideración, que fueron
trasladados a hospitales cercanos.
Sin embargo, testigos indicaron que entre los evacuados había,
al menos, diez cadáveres, la mayoría civiles iraquíes que a esa
hora se encontraban en los alrededores de las dependencias
policiales, a unos 30 kilómetros al norte de Bagdad.
Según el relato de los testigos, un coche se empotró a gran
velocidad contra las balizas de protección de la comisaría de la
zona, donde estalló y dejó heridas a 12 personas. Además, la 82
división aérea del Ejército estadounidense que compone la Task
Force 'All American' han detenido en las últimas horas a 16
iraquíes.
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