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Moscú prometió ayer el perdón de buena parte de la deuda contraída por Irak con Rusia y anunció que invertirá cerca de 4.000 millones de dólares en ese país árabe a cambio de la participación de sus empresas en la reconstrucción iraquí. La reunión en Moscú entre el jefe de Estado ruso, Vladímir Putin, y una delegación encabezada por el presidente de turno del Consejo de Gobierno de Irak, Abdel Aziz Al Hakim, puede haber dado a Rusia un sitio de comensal en el banquete de la reconstrucción iraquí. «Ha sido una reunión histórica», comentó Al Hakim, también líder del Consejo Supremo de la Revolución Islámica, mayor organización chiíta iraquí.

Por otra parte, dos soldados norteamericanos murieron ayer y otro par resultó herido de gravedad al ser alcanzado el convoy en el que se desplazaban por el suroeste de Bagdad, en el ataque más sangriento desde la captura del ex presidente iraquí Sadam Husein.

Si hasta ayer todo parecía perdido para las empresas rusas, a las que Estados Unidos excluyó de la restauración iraquí por el rechazo ruso a la guerra, las conversaciones de Putin y Al Hakim devuelven las esperanzas a cambio de una generosa reducción de los 8.000 millones de dólares adeudados por Bagdad a Moscú. «Las empresas rusas están listas ya para trabajar activamente en Irak», dijo Putin al resumir su reunión con el representante de la autoridad provisional instalada por EEUU en el país árabe.

Además, el Ministerio de Defensa completó en Diwaniya el despliegue del contingente español en la brigada «Plus Ultra» II, formado por 1.350 militares, incluidos los asignados al destacamento del Ejército del Aire «Altair», en Kuwait.