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EFE-TEL AVIV
Ocho palestinos y tres israelíes murieron ayer en Gaza y en Tel Aviv en dos ataques ocurridos en una sangrienta jornada de Navidad. Cinco de los muertos palestinos fueron víctimas de un ataque aéreo israelí con helicópteros en Gaza, bombardeo que ha supuesto la reanudación de la política de los llamados «asesinatos selectivos» desde octubre.

Las otras víctimas mortales son dos activistas y dos civiles que al parecer le acompañaban en el coche, cuando los helicópteros israelíes Apache les dispararon dos certeros misiles.

El bombardeo aéreo tuvo como blanco a Makled Hamid, jefe del brazo armado de la Yihad Islámica en la banda autónoma, y se produjo dos días después de una sangrienta incursión del Ejército en el campo de refugiados de Rafah, que dejó ocho palestinos muertos.

Las explosiones causaron también cerca de una veintena de heridos y causaron el pánico en la zona.

El atentado suicida tuvo lugar a eso de las 18:20 hora local (16.20 GMT) bajo un puente que conecta las ciudades de Bnei Brak y Petaj Tikva, bajo una de las principales arterias del cinturón externo de Tel Aviv.

El suicida se acercó a una de las paradas de autobús bajo el llamado puente de Geha e hizo explotar sus artefactos, causando la muerte a tres israelíes: dos mujeres y un hombre.

La explosión causó también heridas a unas quince personas, dos de ellas en estado grave, que fueron trasladadas a varios hospitales en las inmediaciones del lugar de los hechos.

El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) se responsabilizó del ataque por medio de una llamada a una agencia de prensa extranjera, e identificó al suicida como Shahed Hanami, de la aldea de Bet Furik en el distrito de Naplusa.

Poco después del atentado, el ministro de Defensa de Israel, Shaul Mofaz, decretó el bloqueo absoluto a todos los territorios palestinos y el cierre de los accesos a Israel, que habían sido abiertos en los últimos días con motivo de la Navidad.

Mofaz canceló además todos los permisos de entrada de trabajadores palestinos a Israel, medida que había tomado el Gobierno hace varias semanas para aliviar el sofocante bloqueo a la población palestina.

Pero la jornada navideña se perfilaba en calma, se cobró además la vida de otros dos palestinos.

En la madrugada del miércoles al jueves, fuerzas militares israelíes mataron a un miliciano armado que trataba de infiltrarse en el asentamiento judío de Ganei Tal, en el sur de Gaza.

El octavo palestino muerto es un miliciano islámico de la ciudad cisjordana a quien le estalló un artefacto.