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Israel examinaba ayer la posible respuesta al ataque suicida que causó cuatro muertos el jueves cerca de Tel Aviv y la Yihad Islámica prometía vengar a dos de sus jefes muertos en un ataque israelí, en lo que constituye el recomienzo del ciclo infernal de violencia tras una tentativa de apaciguamiento.

Con ese fin, Mofaz ha pedido a los altos mandos del Ejército que elaboren un plan para que los cristianos de Tierra Santa puedan celebrar la Navidad y disfrutar de libertad de movimientos a pesar del cierre de los territorios que impuso ayer.

Israel, que ha restablecido el bloqueo de los territorios palestinos, estudiaba ayer una respuesta al atentado. El ministro israelí de Defensa, Shaul Mofaz, convocó una reunión con los jefes de los organismos de seguridad para estudiar una respuesta que, a la vez, tenga en consideración el período de fiesta en Tierra Santa.

Israel había levantado varios controles militares en Cisjordania y abierto los accesos a su territorio para que la comunidad cristiana y los peregrinos extranjeros pudieran desplazarse con mayor comodidad de un lugar a otro.

Sin embargo, anoche el Ejército volvió a aplicar un bloqueo hermético a Cisjordania y Gaza tras el atentado suicida que el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) perpetró en una arteria central en las afueras de Tel Aviv.

En respuesta a ese ataque, el Ejército israelí demolió madrugada la vivienda del suicida palestino Said Hanani, de 18 años. La Yihad Islámica prometió por su parte una respuesta «dolorosa» en Israel al ataque aéreo israelí en Gaza, en el que murieron dos activistas del movimiento, entre ellos un jefe militar, así como otros tres civiles.