Primeras imágenes del arresto de Sadam, divulgadas por la página web estadounidense para militares 'Military.com'.

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JAVIER MARTÍN-BAGDAD
La medida de gracia estadounidense coincide con la conmemoración, mañana, del noveno mes de las entrada de las tropas en Bagdad. Bremer, que se presentó ante la prensa acompañado por el actual presidente de turno del Consejo de Gobierno Provisional iraquí, Adnan Pachachi, subrayó que el programa tiene como meta favorecer la reconciliación iraquí e impulsar el proceso de traspaso de poder.

«En el programa, solo están incluidos aquellos prisioneros detenidos por «razones de seguridad» que no hayan cometido ningún delito de sangre o crimen contra la humanidad», detalló minutos después, en una segunda conferencia de prensa, el portavoz militar del Ejército estadounidense en Bagdad, Mark Kimmit. «En este momento hay 506 personas que cumplen estas condiciones. No hay ninguna mujer y 28 son adolescentes. El programa no distingue etnias o religiones», añadió.

El representante de la Casa Blanca en Irak subrayó, sin embargo, que para que los detenidos sean puestos en libertad deben cumplir tres requisitos fundamentales. Primero, no tener las manos manchadas de sangre y no haber cometido delitos graves contra las fuerzas de ocupación o el pueblo iraquí.

Segundo: firmar un documento en el que se comprometen a renunciar y condenar la violencia y el terrorismo en Irak, y no haber pertenecido al organigrama del partido Baaz. La tercera condición es conseguir que un jefe de tribu u otra persona con algún tipo de poder se comprometa con las fuerzas de ocupación para responsabilizarse de los actos del liberado y facilitar su captura si vuelve a ser reclamado.