Mientras, el helicóptero que el pasado jueves se estrelló en la
ciudad de Faluya fue derribado por fuerzas hostiles, según
reconocieron ayer fuentes militares estadounidenses en Bagdad. El
general Mark Kimmit dijo que «los informes preliminares muestran
que el helicóptero fue derribado por fuego terrestre», si bien
insistió en que «la investigación aún no ha terminado». El Black
Hawk transportaba a nueve soldados y todos resultaron muertos.
Sin embargo, fuentes policiales en la ciudad, que se encuentra
bajo tutela del Ejército británico, aseguran que los primeros
disparos procedieron de los manifestantes y que los agentes se
vieron obligados a responder. Los manifestantes se habían
concentrado en el centro de la ciudad para exigir a las fuerzas de
ocupación que cumplieran la promesa de proporcionar trabajo a
partir del primero de este año.
El desempleo, junto a la precariedad de infraestructuras vitales
como la electricidad y el agua corriente, además de la falta de
gasolina, son los principales problemas que sufre la población
iraquí, nueve meses después de la ocupación de Irak.
Por otra parte, las fuerzas danesas en Irak analizan una
sustancia misteriosa que escapa de un obús de mortero encontrado
por soldados de este contingente. Según un oficial estadounidense,
en la investigación se maneja la hipótesis de que el obús contenga
un agente químico de gas. El general Mark Kimmitt, director adjunto
de operaciones de la coalición, precisó que 36 obuses de 120
milímetros metidos en fundas de plástico y de los que salía un
misterioso líquido fueron encontrados cerca de la ciudad de
Basora.
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