Los malos datos económicos siguen complicando el mandato del canciller Gerhard Schröder.

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FRANCE PRESS-WIESBADEN
El Producto Interior Bruto (PIB) alemán se contrajo una décima en 2003, el primer descenso desde 1993, y echó por tierra las previsiones del Ejecutivo alemán que esperaba un crecimiento cero para este año. Además, el déficit público de la primera economía de la zona euro superó, por segundo año consecutivo, el límite máximo para el déficit público establecido por el Pacto de Estabilidad, informó ayer la Oficina Federal de Estadísticas (Destatis).

La economía alemana no retrocedía desde 1993, año en el que experimentó un fuerte retroceso del 1,1%, y no deja entrever lo incipiente de la recuperación económica de la zona euro y de Alemania, pese a que desde el Ministerio de Economía el jefe de la cartera, Wolfgang Clement, se apresuró a aclarar que los indicadores nacionales e internacionales muestran una evolución de la economía «que gana en solidez».

Los datos son una mala noticia para el Gobierno del canciller alemán, Gerhard Schröder, que confiaba en que su economía registrara, en el peor de los casos, un crecimiento nulo. El pasado año, Alemania creció un 0,2 por ciento.

La Oficina de Estadística destacó que el comportamiento «decepcionante» del consumo privado -cayó un 0,2 por ciento-, el mal comportamiento del sector exportador alemán durante el conjunto del año y la evolución del euro con respecto al resto de divisas y, más en concreto, respecto al dólar son los responsables de la caída mostrada por la economía de la primera economía de la región.

El Gobierno alemán prevé que su economía salga del estancamiento, en el que se encuentra desde 2001 -creció un 0,8% ese año y dos décimas el siguiente-, y registre un incremento en 2004 de entre el 1,5 y el 2%.

Los sectores de comercio y transporte, con un incremento del 0,6% en su contribución al PIB, la industria manufacturera, que creció un 0,5%, y la mejora del 0,3% del sector de servicios financieros fueron los responsables, según Destatis, de la principal aportación positiva a la evolución de la economía alemana el pasado año.

Sin embargo, los elementos que han contrarrestado estos factores son el declive del 4,7% del sector de construcción, en continuo descenso desde 1995 -a excepción de 1999-, y la contracción del consumo tanto el privado como público, que se redujo un 0,1%.

Según Destatis, la fuerte demanda exterior, signo de activación económica para Alemania han impulsado las exportaciones, que aumentaron el pasado año un 1,1%, al igual que las importaciones que lo hicieron un 2 por ciento. Este desequilibrio en las exportaciones netas alemanas se tradujo en una contribución negativa al PIB de 0,2 puntos porcentuales.