El atentado suicida contra un autobús en Jerusalén dejó, además de los nueve muertos, unos 60 heridos.

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FRANCE PRESS-JERUSALÉN
Un atentado suicida en el interior de un autobús en Jerusalén causó ayer la muerte de nueve personas, incluido el terrorista, en un ataque que fue condenado por la Autoridad Palestina y utilizado por el ministro de Exteriores de Israel, Sylvam Shalom, para defender la construcción del muro de separación en Cisjordania. Precisamente, hoy comenzarán las vistas de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre la legalidad de la barrera.

Además de los nueve muertos, el ataque causó alrededor de 60 heridos, de los que once se encuentran en estado grave. El terrorista, Mohamed Zohul, de 23 años, tenía un hijo y trabajaba como obrero de la construcción. Hacia las 8:30 horas, se inmoló en el interior del autobús número 14, cerca del parque de la Liberty Bell, en un momento en el que el vehículo se encontraba lleno, como es habitual los domingos, día laboral.

Este atentado fue el primero en la ciudad desde el cometido el 29 de enero, en el que murieron once personas y que fue perpetrado también por un suicida en el interior de un autobús. Mientras, en el pueblo del suicida, al noroeste de Belén, sus padres y sus hermanos, cuatro varones y seis mujeres, comenzaron a sacar los muebles de la casa en previsión de que el Ejército la derrumbara, como suele hacer de forma sistemática con las viviendas de los autores de atentados de este tipo.

La Brigada de los Mártires de Al Aqsa, un grupo cercano a Al Fatá, reivindicó a través de la emisora de televisión de Hezbolá Al Manar la autoridad del atentado. Otros grupos radicales, como Hamás, aplaudieron el ataque.