La ampliación de la Unión Europea a diez nuevos países, el rechazo
al terrorismo y la guerra de Irak marcaron las manifestaciones del
primero de mayo en Europa. La liberación de tres italianos
secuestrados en Irak fue la principal demanda en las
manifestaciones en Italia, cuyos sindicatos celebraron el principal
mitin de la jornada en la ciudad fronteriza de Gorizia, como
símbolo de la llegada a la UE de nuevos socios de Europa del
Este.
En Francia, el secretario general de la Confederación General del
Trabajo (CGT), Bernard Thibault, propuso ayer al resto de los
sindicatos la organización de una movilización unitaria a inicios
de junio en defensa de la Seguridad Social, en cuya reforma se ha
comprometido el Gobierno de aquí a las vacaciones de verano.
La manifestación tuvo lugar después del jarro de agua fría que
ha supuesto el nuevo chantaje del grupo iraquí que mantiene
secuestrados desde hace tres semanas a tres italianos y que ahora
exige para liberarlos que el Gobierno de Silvio Berlusconi
presione, para que salgan los presos políticos iraquíes de las
cárceles kurdas.
Por su parte, los sindicatos alemanes convirtieron la
tradicional jornada reivindicativa del Primero de Mayo en un clamor
contra las reformas del Gobierno de Gerhard Schröder y el avance
del «poder de los consorcios» en la UE ampliada. «La Agenda 2010 es
ya hoy sinónimo de un modelo de sociedad con cada vez más pobres y
más riqueza concentrada en unos pocos», dijo Michael Sommer,
presidente de la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB), en el
acto central ante el Ayuntamiento de Berlín.
Liberales, comunistas y defensores de los derechos humanos
aunaron ayer sus voces en las manifestaciones del 1 de Mayo en
Rusia para reclamar mejores sociales y rechazar «la ofensiva contra
las libertades» que atribuyen al 'estado policial' impuesto por el
Kremlin.
Los dos sindicatos mayoritarios lusos, la comunista
Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP) y la
socialista Unión General de Trabajadores (UGT), celebraron ayer el
Primero de Mayo por separado, reclamando un cambio en el rumbo de
la política económica al Gobierno.
El presidente cubano, Fidel Castro, afirmó ayer que el Gobierno
español tiene «el deber moral» de promover el regreso a sus países
de los soldados latinoamericanos destacados en Irak. El Gobierno
del PSOE «tiene la responsabilidad y el deber moral de luchar por
el regreso definitivo a su patria de los jóvenes latinoamericanos»
enviados a Irak por petición de la anterior Administración de José
María Aznar, dijo Castro.
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