Además, se citó a declarar al jefe de la Guardia presidencial,
Mustafa Hamdan, el único de los responsables de Seguridad pro sirio
que aún no ha renunciado a su puesto.
Las detenciones se producen en un momento de enorme tensión y
miedo entre la clase política libanesa, que ha abandonado el país
en desbandada ante la creciente amenaza de sufrir un atentado como
el que el 14 febrero segó la vida de Hariri.
A primera hora de la mañana, agentes de la Policía libanesa se
personaron en los domicilios particulares del ex director general
de la Seguridad Nacional, Yamil al-Sayed, del ex jefe de Servicios
Secretos del Ejército, Raymond Azar y del ex jefe de la Policía,
Ali al-Hach.
También golpearon la puerta del ex diputado pro sirio, Nasir
Kandil, pero su mujer les informó de que no estaba en casa, y que
había viajado a Siria. Todos ellos han sido apresados para que
declaren ante la Comisión Internacional que trata de esclarecer el
magnicidio del hombre que reconstruyó el Líbano, confirmó después
en rueda de prensa el primer ministro libanés, Fuad Siniora.
«Nadie está por encima de la ley», subrayó Siniora antes de
explicar que los sospechosos fueron llevados a la sede de la
Comisión de Investigación después de que miembros de la misma
acompañados por la Policía registraran sus domicilios.
La antigua oposición libanesa responsabilizó desde un primer
momento a Siria y a sus servicios secretos, en conexión con las
fuerzas de Seguridad libanesas, de un asesinato que ha cambiado la
historia del Líbano. Hamdan, por su parte, se personó por propia
iniciativa ante los miembros de la Comisión, que permanecen
encerrados a cal y canto en el hotel «Monte Verde» de Beirut.
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