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M. VIDAL-WASHINGTON
Acosado por la caída de su popularidad, el presidente de EEUU, George W. Bush, ofreció ayer su primera rueda de prensa en cuatro meses, en la que quiso atajar varios de los asuntos que más se le han criticado. Bush ha sido muy criticado por la lenta respuesta del Gobierno a las consecuencias del huracán «Katrina» y la reconstrucción de las zonas afectadas, Irak y, ahora, su nueva selección para el Tribunal Supremo de EEUU.

Precisamente, la mayor parte de sus respuestas en la conferencia de prensa que ofreció en la Rosaleda de la Casa Blanca, se centraron en la candidatura al Supremo de su consejera legal, Harriet Miers, que Bush anunció en la víspera.

Buena parte de sus palabras se dedicaron a lo que más puntos de popularidad le ha restado y que le colocan a dí de hoy con el índice más bajo de respaldo popular: la respuesta a los huracanes «Katrina» y «Rita», y prometió que, pese a los gastos de reconstrucción, de los que se hará cargo el Gobierno federal, el presupuesto nacional será responsable y seguirá reduciendo el déficit fiscal.

Para ello, el Congreso deberá realizar «incluso mayores reducciones de gasto» para pagar las cuentas de los huracanes que han devastado la región del Golfo de México el último mes.