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EFE-LISBOA El presidente ruso, Vladimir Putin, mencionó ayer a España y Bélgica al defender una solución para Kosovo que respete la integridad territorial de Serbia y defienda la aplicación de ese principio en toda Europa. Putin, que realiza una visita a Portugal para celebrar hoy viernes una cumbre con la Unión Europea, reconoció las «posiciones bastante divergentes» que hay entre Moscú y Bruselas sobre Kosovo y la cuestión nuclear de Irán, en la que se mostró contrario a amenazas.

El presidente ruso alertó sobre posibles problemas de «separatismo» en Europa como argumento para defender la integridad de Serbia y pidió, en ese caso y en el de Irán, una actitud «constructiva y de diálogo». Además subrayó la importancia de que surja una «atmósfera de confianza» en la cumbre y declaró que en las conversaciones con delegados comunitarios tiene la sensación de que los rusos «defienden más los intereses europeos que sus interlocutores».

En una breve declaración a los periodistas junto al presidente portugués, Anibal Cavaco Silva, ambos coincidieron en la necesidad de fomentar la colaboración y el entendimiento entre la UE y Europa, pero el presidente ruso insistió en su postura sobre Kosovo basada en «el principio de integridad territorial de los estados».

«¿No puede haber problemas potenciales en ese área en España o Armenia?», se preguntó Putin, que mencionó a Bélgica y a toda la región de los Balcanes al prevenir sobre la posibilidad de «tendencias destructivas» y de «separatismo» que juzgó «negativas para muchos países europeos y para el espacio postsoviético». Con esos argumentos el jefe de Estado ruso pidió la «paciencia suficiente» para buscar una solución al caso de Kosovo que «tenga el acuerdo de todas las partes».

Putin fue recibido con honores y conducido al palacio presidencial bajo grandes medidas para velar por su seguridad.