Una irlandesa pasa por delante de un establecimiento de compra de oro en Dublín. | CATHAL MCNAUGHTON

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La Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo preparan el envío de una misión técnica a Irlanda para intensificar los trabajos preparatorios de un eventual rescate del país, en el caso de que Dublín se decida a solicitar la ayuda de sus socios.

«El Gobierno irlandés se ha comprometido a entablar unas discusiones cortas y concretas con la Comisión Europea, el BCE y el FMI para determinar la mejor manera de proveer cualquier apoyo necesario para afrontar los riesgos del mercado, especialmente en lo referente al sector bancario», dice un texto acordado ayer por los ministros de Finanzas de la Eurozona.

El documento reconoce las medidas adoptadas por Irlanda para garantizar la estabilidad de su sector bancario. Dublín se ha resistido, por el momento, a pedir la asistencia de sus socios, pese a los reiterados ofrecimientos en este sentido por parte de los distintos líderes de la UE.

Irlanda, responsable

«Es responsabilidad de Irlanda el solicitar la ayuda de sus socios», consideró a este respecto el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, quien explicó que los trabajos técnicos permitirán «tener todos los elementos e instrumentos en caso de que Irlanda haga una demanda de ayuda al Eurogrupo y el FMI».

El Gobierno irlandés ha cifrado el rescate de su sistema financiero en unos 50.000 millones de euros, lo que elevará la cifra de déficit público del país hasta el 32% del PIB en 2010. Antes de participar en la reunión, Rehn ya había confirmado la existencia de conversaciones oficiales con las autoridades irlandesas, el FMI y el BCE encaminadas a solucionar los problemas del sector bancario irlandés. Todo apunta a que el plan europeo de ayuda europeo está cifrado en 100.000 millones de euros y sería sólo para la banca irlandesa.

El Eurogrupo mostró su división en plenas turbulencias. Dos ministros de Alemania y Austria calentaron el debate abierto sobre la necesidad de ayudar a Dublín a superar sus problemas de déficit público y cuestionaron que deba ayudarse a los Estados miembros en este tipo de situaciones.

El ministro de Finanzas de Austria, Josef Pröll, advirtió que su país podría no aportar la contribución que le corresponde en la tercera entrega de la ayuda a Grecia que se producirá el próximo diciembre. El motivo, que Atenas no ha cumplido. Su homólogo alemán, Rainer Brüderle, avisó que la UE no puede «arrojar el dinero desde helicópteros» para respaldar a los países con crisis.