Jabbar aclaró que los condenados a muerte pueden recurrir la sentencia ante un tribunal superior. | Editorial

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Un tribunal paquistaní condenó a muerte este sábado a dos acusados por la violación en grupo de una mujer frente a sus hijos, después de que el vehículo en el que viajaba la víctima quedara sin gasolina, un suceso que desencadenó una ola de indignación en el país.

«Los acusados Abid Ali y Shafqat Ali fueron condenados a muerte por violación por el juez antiterrorista Arshad Hussain», informó a Efe Abdul Jabbar, el fiscal general adjunto de la provincia de Punjab, donde tuvo lugar el crimen.

Ambos acusados fueron igualmente condenados a cadena perpetua por secuestrar a la víctima, así como a pagar unos 2.240 dólares cada uno por varios cargos de amenazas y robo.

Jabbar aclaró que los condenados a muerte pueden recurrir la sentencia ante un tribunal superior.

La violación ocurrió el pasado 9 de septiembre por la noche en la carretera Lahore-Sheikhupura en Punjab, cuando los agresores aprovecharon que el vehículo de la mujer se quedó sin gasolina para asaltarlo, abusar de ella frente a sus hijos y robarle.

El suceso despertó pronto indignación en Pakistán, un malestar que fue en aumento después de que un alto mando de la Policía de la capital regional, Lahore, Umer Sheikh, tras condenar la violación, se preguntara durante una entrevista televisada cómo la familia de la mujer le había permitido salir de noche.

«Nadie en nuestra sociedad debería permitir a nuestras hermanas e hijas viajar solas tan tarde», aseguró Sheikh, de acuerdo con el diario local «The Express Tribune».

Cientos de personas, en su mayoría mujeres, salieron a las calles en varias ciudades de Pakistán para protestar por «la violencia patriarcal contra la mujer», según indicaban las convocatorias.

Entre los puntos que reclamaban las organizaciones que llamaron a la protesta estaban la petición a las autoridades para que garanticen justicia en caso de abusos, con investigaciones efectivas y procesos judiciales rápidos, además de la rendición de cuentas del alto mando policial que culpó a la mujer basándose en «mitos» comunes.