El magnate, de 84 años, tuvo que ser hospitalizado el pasado 7 de abril en el San Raffaele de Milán (norte) para someterse a una serie de pruebas por sus cardiopatías pero también por sus problemas respiratorios, agravados por la COVID-19, según recoge el diario «Il Corriere della Sera».
Tras 24 días ingresado, Berlusconi salió ayer del hospital y regresó a su mansión de Arcore (norte), donde seguirá siendo controlado, acompañado por su novia, la diputada de Forza Italia, Marta Fascina, de 31 años.
El magnate, con marcapasos desde 2006, arrastra problemas de salud desde hace tiempo pues ya estuvo ingresado algunos días en enero en el hospital de Mónaco por problemas cardíacos.
El propietario de Mediaset también se contagió de coronavirus el pasado septiembre y fue ingresado con una neumonía bilateral en el San Raffaele, si bien fue dado de alta dos días después.
Su situación ha hecho que delegue las cuestiones políticas en su mano derecha y vicepresidente de la conservadora Forza Italia, Antonio Tajani, expresidente del Parlamento Europeo.
Pero también ha interrumpido los procesos judiciales que le afectan por sus polémicos años en el Gobierno.
Por un lado, ha pospuesto el juicio de Milán (norte), conocido como «Ruby Ter», y que trata de esclarecer si Berlusconi sobornó a los testigos de otros procesos para que mintieran sobre lo que ocurría en sus fiestas con jóvenes mujeres.
Pero también ha retrasado la sentencia de una rama de ese proceso instruida en Siena (norte), en el que se le acusa de comprar el silencio del pianista de su mansión, Danilo Mariani.
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