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Las autoridades de Kenia han elevado a 110 el total de cadáveres exhumados en unos terrenos utilizados por una secta cristiana en una zona boscosa en Shakahola, en el condado de Kilifi, si bien los trabajos continúan en este área, en la que se ha impuesto un toque de queda, por lo que no se descarta que la cifra siga aumentando en los próximos días.

Durante las últimas horas se han hallado otros once cadáveres --seis adultos y cinco menores-- en varias fosas comunes, según la Policía, lo que eleva a 109 el número de cuerpos recuperados, tal y como ha recogido el diario keniano 'The Nation'. Los trabajos continúan este viernes.

Estos muertos se suman a los ocho cadáveres hallados hace cerca de dos semanas durante una redada ante las actividades de esta secta, cuyo líder, Paul Mackenzie --detenido a mediados de abril-- pedía a sus seguidores ayunar hasta la muerte para «encontrar a Jesucristo». En el marco de las investigaciones ha sido detenido el controvertido telepredicador evangelista Ezekiel Odero, quien será imputado en relación con la muerte en masa de sus seguidores, según han confirmado las autoridades, que han cerrado además su «centro de rezo».

Los principales líderes de la secta instan a los adeptos a practicar el ayuno hasta la muerte bajo la promesa de que se encontrarán con Jesús en una nueva vida. El presidente de Kenia, William Ruto, ha llegado a acusarle de «terrible criminal», mientras que la Cruz Roja de Kenia ha iniciado trabajos para intentar localizar a cerca de 210 personas --entre ellas unos 110 menores de edad-- que han sido dadas por desaparecidas.