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El pasado martes, una mujer de 53 años, Joana Bennàssar, se fracturó la clavícula izquierda tras tropezar con el bordillo de goma que el Ajuntament de Palma ha instalado en un tramo de las Avenidas para delimitar el carril-bus del resto de la calzada. La afectada, que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente y que se encuentra desde ayer en su domicilio, deberá permanecer inmovilizada alrededor de dos semanas y, a continuación, deberá llevar a cabo un proceso de rehabilitación.

El bordillo se encuentra en una parte de la avenida de Alexandre Rosselló, la que abarca desde el cruce con Costa i Llobera hasta el cruce con Gilabert de Centelles. Los grupos de la oposición en Cort manifestaron ayer su posición respecto al accidente. El regidor del PSM-EN Gabriel Barceló señaló: «Si bien desde el principio apoyamos que se diese una protección al carril-bus, pensamos que la solución adoptada no es la más adecuada». Para el regidor nacionalista, «habría sido más adecuado colocar pilones flexibles».

El portavoz de UM, Ferran Trujillo, afirmó que «éste no era el mejor momento, por las obras, para poner en marcha el bordillo», indicó, para añadir: «Más que para advertir, el bordillo sirve para obstaculizar. Debería hacerse respetar el carrilbus con concienciación y educación vial». El portavoz del grupo municipal socialista, Antoni Roig, indicó: «Este accidente demuestra que la solución adoptada no es la mejor». Para Roig, «hay que hacer políticas que favorezcan la movilidad de las personas». Para Jordi López, regidor de EU-EV, «Cort debería hacer una campaña informativa sobre los nuevos bordillos situados en las Avenidas», afirmó, para añadir: «Hay que reconocer que existen distintas posibilidades para delimitar el carril-bus, pero no hay ninguna plenamente satisfactoria».

Por su parte, el teniente de alcalde de Hisenda y presidente de la EMT, Pedro Àlvarez, lamentó, en primer lugar, el accidente y señaló que Cort asumiría las responsabilidades «que tenga que asumir», dijo, para añadir: «Pero no se pueden tomar decisiones como, por ejemplo, retirar el bordillo, en función de un accidente. La oposición ha sido oportunista en este sentido». «En la vía pública, y por razones de obras o de desperfectos, cabe la posibilidad de que alguna persona puede sufrir algún accidente. Al año suelen producirse entre 30 y 40 denuncias por ello y Cort paga entre veinte y treinta millones de pesetas anuales en indemnizaciones», concluyó.

El bordillo está a prueba antes de pasar a ser definitivo
El Ajuntament de Palma tiene previsto implantar el bordillo de goma, para delimitar el carril-bus del resto de la calzada, a lo largo de todas las Avenidas, si bien, de momento, se limitará a la experiencia piloto en la avenida de Alexandre Rosselló. En otras capitales españolas, como por ejemplo, Madrid o Valencia, la implantación de bordillos ha despertado cierta controversia.