El despiste es un imprevisto al que todos estamos sometidos diariamente. Son muchas las ocasiones en que cualquiera de nosotros ha dejado olvidada una pertenencia personal en algún sitio en donde ha estado recientemente. El sentimiento inmediato es el de lamentar su rotunda pérdida. Pero este sentimiento no se corresponde totalmente con la realidad. Son bastantes las personas que recuperan estos objetos gracias a la buena voluntad de otros.
A la Oficina d'Objectes Trobats del Ajuntament de Palma van a parar muchos de los objetos perdidos en Palma. El año pasado se recibió un total de 22.000 entradas y este año van ya por las 3.000. El proceso de adquisición de estos objetos presenta tres fases bien diferenciadas. La primera consiste en apuntar los objetos entrantes en el libro de registros, para después pasarlos al sistema informático de archivo. Posteriormente se etiquetan los objetos, para tenerlos localizados. Y finalmente se guardan en el almacén, a la espera de que su dueño los solicite. Estas entradas se efectúan a través de una persona de la calle, de la Oficina de Correos, que encuentra muchos objetos en los distintos buzones de la zona, o de las comisarías de policía.
Los objetos más repetidos son, sin duda, las carteras. Gracias a los documentos que contienen estos monederos es posible avisar al propietario del mismo. «Todavía queda gente buena, porque nos llegan muchas carteras con dinero y también joyas de gran valor», comenta Toni López, uno de los dos policías que se encargan de esta oficina. Hace algunos años eran cinco las personas que se ocupaban de los objetos hallados, pero ahora sólo son dos: Toni López y Manuel Sánchez. Una realidad que preocupa bastante a los dos funcionarios, porque el trabajo ha aumentado considerablemente en estos últimos años.
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