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J. RODRÍGUEZ / J.M. AGUILÓ El regidor de EU-EV en el Ajuntament de Palma, Jordi López, denunció ayer que los transportistas de escombros afiliados a Astracoma han vuelto a llevar restos de obras a la cantera de Can Set, en Llucmajor, varias semanas después de que la instalación fuera cerrada al detectarse irregularidades en el proceso de selección. El cierre de esta cantera fue el inicio del conflicto entre los transportistas y la Conselleria de Medi Ambient, enfrentamiento que ha provocado concentraciones de vehículos frente al Consolat de la Mar y en los alrededores del departamento autonómico. Los transportistas se negaban a utilizar las plantas de selección de residuos autorizadas por el Govern y solicitaron el permiso para instalar una en Gènova. Por su parte, la Conselleria de Medi Ambient se negaba a permitir que los «escombreros» incumplieran la normativa y recordaba que la petición de los afectados se tramitaría «como el resto de las recibidas».

Mientras tanto, EMAYA, atendiendo a los «peligros para la salud» derivados de la acumulación de contenedores en las calles de Palma, abrió las puertas de Son Reus durante quince días para que los afiliados a Astracoma vertieran los escombros, pero el Seprona de la Guardia Civil puso una denuncia por vertido irregular y el pasado lunes se cerró la instalación municipal para los transportistas. Ante esta situación, y a la espera del permiso para habilitar la planta de Gènova, los transportistas han vuelto a verter en Can Set aunque, según su portavoz, Monserrat Barceló, «sólo unos 30 contenedores diarios de escombros limpios, es decir tierra y piedras, que están permitidos por la Conselleria».

Barceló asegura que la policía de Llucmajor controla el vertido, que no están cometiendo irregularidades y que en esta semana la Conselleria tramitará el permiso para su planta en la zona de Gènova. A partir de entonces, dice, «necesitaremos unos 15 días para impermeabilizar el terreno y después, con la ayuda de una empresa alemana, empezaremos la selección». Desde Medi Ambient se asegura que «no hay problema» si los afiliados a Astracoma vierten escombros limpios en Can Set aunque destacaron «tener indicios» de que no sólo se están tirando piedras y tierras.

En este sentido, las mismas fuentes anunciaron que un técnico visitará la cantera de Llucmajor y negaron tener conocimiento de que se vaya a autorizar esta semana la planta de Gènova que han solicitado. Por su parte, la presidenta de EMAYA, Maria Crespo, justificó el fin del permiso para verter en Son Reus «porque ya han desaparecido los problemas para la salud pública» y dijo que tomó la decisión de ofrecer la instalación por haber en Palma, semanas atrás, «una situación de emergencia».