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Esperábamos en la regata del Campeonato del Mundo 2001 a los duques de Lugo, pero tuvimos que conformarnos con más de lo mismo del otro día, es decir, con el príncipe don Felipe, los duques de Palma sin el pequeño Juan Valentín y el rey de Noruega, Harald, que sigue en Palma tan tranquilo a quince días de la boda de su hijo, pues, como nos dijo hace dos semanas a bordo del «Norgue», lo tienen todo tan bien organizado que su presencia en palacio no es necesaria.

Por cierto, el rey de los noruegos, que bebe Coca Cola con vaso de plástico a escondidas, detrás de la botavara, sigue con la misma gorra de hace tres años. Lo bueno es que la gorra está como nueva, puede que un poco deslucida, pero como nueva. «¿Cree usted que don Felipe y Harald de Noruega pueden hablar entre ellos de Eva Sannum y Mette Marit?, nos preguntó una señora, de ésas que cada mañana andan por el puerto maquinita de fotos en ristre.

Supongo que lo preguntaba al ver que el «Sirius» y el «Fram XV», barcos patroneados por ambos, respectivamente, estaban al lado uno del otro, y ambos "heredero y rey" se encontraban ya a bordo de cada uno de ellos. «¡Hombre...! Señora, pues, sinceramente "le dije", pienso que no. ¿Usted se cree que no tienen otras cosas de qué hablar?». Pues ni eso, ya que ni se cruzaron una palabra. En cambio, quienes sí hablaron de barco a tierra, y viceversa, fueron los duques de Palma. Se ve que él le dijo a ella que iba a embarcar en la «Llamp», para seguir el inicio de la regata, ya que al rato le vimos embarcando en Portopí, haciendo dos salidas, pues se ve que se olvidó de alguien y tuvo que regresar a por él.