La compañía de teatro Centre Stage Productions, durante el ensayo de la obra. FOTO: PERE BOTA

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Eva Duarte. Un mito histórico, criticado por unos y venerado por otros. Juan Perón, su marido, el que le dio la fama que ella tanto buscó. El Che, otro mito que nunca conoció a Duarte. Todos estos personajes conforman un musical que se estrenará mañana en el Auditòrium: «Evita». La versión original desembarca en Palma de la mano de la compañía Centre Stage Productions, con una novedad: se canta en castellano. Es el primer grupo aficionado que logra hacerse con los derechos de la ópera rock de Adrew Lloyd Webber y Tim Rice.

Momentos antes del ensayo general, los nervios se notan en el ambiente. El escenario parece enorme. «Cuando subes por primera vez se ve muy grande», comenta Benito Amengual, el productor. Detrás, las mesas, las sillas, las maletas y los vasos que aparecen en el montaje. Todo está bien ordenado. Los músicos también ensayan. «La música en directo es esencial. Así, cada espectáculo será diferente», explica Amengual. Se oye un piano, unas castañuelas y los primeros acordes de una canción que parece «No llores por mí, Argentina».

Los 40 participantes llevan un año trabajando en la obra. Olivier de Smet, belga, hace de Perón. Un problema con las erres le obligó a mejorar su acento. «Quería hacerlo perfecto porque participar en 'Evita' es como un sueño», afirma. El Che, Juanjo Cerdó, tuvo que dejarse barba y el pelo largo para caracterizarse del revolucionario cubano. Él se encarga de la narración, se convierte en la conciencia de Evita. «Se trata de un personaje chulo, sarcástico, en contra de ella», comenta. Ambos «buscaban un mismo ideal, ayudar al pueblo, pero la manera de lograrlo era diferente».

En el escenario hay mesas y un micro. «Representa el que Evita usó durante su famoso discurso en la Casa Rosada, cuando Perón subió al poder», explica Amengual. También aparece la guitarra de Magaldi, el primer amante de Evita, papel interpretado por Peter Sherlock. Otra amante, pero de Perón, también canta. Los personajes se decidieron tras un casting realizado dentro de la propia compañía, intentando que nadie repitiera papel protagonista. Un año de ensayos quedará en tres días de representación. Y, luego, empezarán la próxima obra, «Grease», que se estrenará en 2002. En 2003 toca «Oliver».