La custodia realizó su única parada en Cort, donde las autoridades rindieron honores.

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La festividad del Corpus se distinguió por la masiva participación de fieles que acudieron a la Eucaristía que presidió monseñor Teodor Úbeda en la Seu y luego en la solemne procesión.

El itinerario, debido a las obras, discurrió por Palau Reial, Conqueridor, Plaça Rosari, Sant Domingo, Plaça de Cort y Palau Reial, resultando algo más corto. Los vecinos adornaron sus balcones con damascos y los del Ajuntament y Consell de Mallorca lucieron sus mejores galas. Frente a la Casa Consistorial y en el portal mayor de la Seu se instalaron dos alfombras florales, obra de Pedro Muntaner y María Pons.

Los Tamborers de la Sala iniciaron el cortejo seguidos de sa lledània; grupo de cossiers y los cavallets de la Escola de Música i Dansa de Mallorca; Agrupación Musical Jesús del Buen Perdón; fieles de todas las edades y muchas religiosas portando cirios encendidos; estandartes de las cofradías y simpecado de la Hermandad del Rocío.

Las insignias de la Catedral, el tintináculo y el conopeo precedieron la salida de la custodia, que acompañó el obispo, Teodor Úbeda, el cabildo catedral y clero, cuya representación este año fue mínima. A su llegada a Cort realizó su tradicional parada y, a los sones de la Marcha Real de la Banda Municipal de música, el alcalde Joan Fageda y los concejales Joan Bauzá y José Manuel Sierra arriaron banderas en señal de respeto, como también se llevó a cabo en el Consell de Mallorca, que este año adornó su calzada con murtra y flores.