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Sebastiana Carbonell «Ha sido un huelgón», dijo Josep Benedicto a los miles de trabajadores y trabajadoras concentrados, la tarde del 20-J, en la Plaça Major de Palma. Y de hecho esta es la imagen que defienden los líderes de las centrales sindicales mayoritarias, CC OO y UGT, Josep Benedicto y Lorenzo Bravo, respectivamente, a pesar del baile de cifras sobre el seguimiento de la huelga.

La impresión, para quienes hemos seguido la campaña previa al día de la huelga general; la jornada del 20-J y el día después, es que los propios líderes sindicales se han sorprendido con el hecho de reunir a más de 15.000 personas en una multitudinaria manifestación en Palma y conseguir que este día fuera algo parecido a una fiesta en pleno jueves de junio.

Pero si algo ha quedado claro en este 20-J es otra forma de llevar a cabo las movilizaciones sindicales. Se ha pasado de los 'piquetes informativos y agresivos' a los piquetes que han intentado convencer a sus compañeros por la vía del diálogo. Y este si que es un gran éxito del movimiento sindical.

Aunque también es cierto que ha habido de todo un poco. Y anécdotas a cientos, incluso el hecho de que algún sindicalista que actuaba como piquete se haya permitido increpar a una dependienta llamándola «gorda», como si la forma física tuviera algo que ver con el derecho a hacer huelga o a continuar trabajando. O el que un policía intentara atropellar con una moto a una sindicalista en plena acción reivindicativa en la zona turística de s'Arenal.

Anécdotas a cientos. Pero no hablemos de anécdotas. Lo que importa es que, muchos o pocos, los trabajadores y trabajadoras de las Islas han salido a la calle para protestar contra la reforma del desempleo, el ya tristemente popular 'decretazo', que condena a más de un trabajador que será despedido de forma improcedente por su empresario sin salario de tramitación o a un trabajador en paro a tener que aceptar cualquier oferta de trabajo, aunque lo que le ofrezcan desde las oficinas del Inem sea un 'trabajo basura' a unos 30 kilómetros de casa.