Una playa para los domingos

Si uno coge el coche a primera hora de la mañana, llega enseguida, pero el problema está cuando se acerca el mediodía. Los atascos comienzan y cuando se entra en la recta final del trayecto, el camino es tan estrecho que la caravana aumenta. Pero no hay que desesperar, porque luego está el párking, por el que se pagan 4'50 E y a veces, cuando llegas, no hay sitio. Al fin se divisa la playa y es el turno de buscar un hueco en la arena. La zona está hasta la bandera, especialmente donde se encuentra el chiringuito. Pero andando unos metros y con un poco de suerte, uno puede extender la toalla.

Es el momento de disfrutar del paisaje. Este año la playa tiene más algas que de costumbre y muchos bañistas lo han notado. Éste es el caso de Àlvaro, un bilbaíno que viene cada verano de vacaciones: «La playa es espectacular, pero este año deberían limpiarla».

Y el problema no son sólo las algas. El agua es tan azul que invita al baño, pero tiene que ser cerca de la orilla porque los barcos cada vez se acercan más a la arena. Y eso sin contar la contaminación de los motores. No obstante, es Trenc seguirá siendo una playa de fama consagrada. Sea entre semana o con la aventura añadida del domingo.