El abogado Miquel Deyà Palmer, de 63 años de edad, casado y padre
de dos hijas ha decidido aceptar un doble reto: Será el número uno
en la candidatura del Partido Renovador de las Illes Balears (PRIB)
a las elecciones autonómicas y, al mismo tiempo, candidato a la
Alcaldía del Ajuntament de Palma. Deyà reconoce que ha aceptado el
doble reto «para agradecer a la gente el apoyo que me han dado en
estos últimos diez años "desde que estalló el "Caso Calvià"" y creo
que dedicarme a la política es una forma de devolver todo el apoyo
recibido».
Aunque sabe que su entrada en política puede provocar que se
recuerde todo el "affaire Calvià", «un tema que he olvidado y por
el cuál ya he perdonado a todo el mundo, a los de uno y otro bando»
añade que «a mi me gusta la gente, estar con gente, escuchar a la
gente y aunque muchas veces dicen que la persona humana es mala, no
es verdad, la gente me ha demostrado que es buena». «Yo, que nunca
he sido un político profesional, lo único que pretendo es ayudar»
apostilla Deyà y comenta que «el PRIB tiene muchas posibilidades de
llegar a influir tanto el Parlament como en Cort e incluso en el
Ajuntament de Calvià», argumenta.
«Me presento a las elecciones con la intención de ayudar a los
ciudadanos, con la idea de que se gestionen bien las cosas, de
hacer un buen uso del dinero público y tener en cuenta al
ciudadano. No sólo son importantes los votos cada cuatro años»,
añade el candidato del PRIB al Parlament y a Cort. Deyà sabe que la
respuesta del electorado con respecto al PRIB «posiblemente no será
mayoritaria» pero cree que «sin duda podremos ayudar a gobernar» y
el hecho de poder ser un partido bisagra «nos permitirá poder
gobernar con el partido o partidos que tengan programas electorales
más próximos al nuestro» sin inclinarse por ningún tipo de
ideología concreta.
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