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El Consejo de Mayores de Ultima Hora se ha reunido para abordar un asunto de trascendencia como la guerra de Irak. La conclusión fue unánime: «La guerra es un desastre completo, una barbaridad que habría que evitar a toda costa». Como siempre, la labor de moderador la ejerció el veterano periodista Manuel Santolaria. Bernat Torrandel, musicólogo aficionado a la historia y a la dialéctica, fue muy claro: «Hay que partir de que Estados Unidos necesita el petróleo para sostener su imperialismo, y ahora el control de Irán y Siria es fundamental por la infraestructura necesaria para hacer llegar el petróleo iraquí hasta los lugares donde mantiene su flota, el Índico y el Mediterráneo. La idea es reemplazar a lo que fue Gran Bretaña en el siglo XIX y necesita el crudo para su expansión».

Pero además quiso apuntar la posibilidad de nuevas amenazas. «Dentro de 40 ó 50 años EEUU tendrá que enfrentarse a otro coloso que surge, China, con un enorme poderío económico, militar y estratégico, y ahora le interesa controlar todo el sudeste asiático y para ello necesita dinero, petróleo y bases allí». El empresario Vicenç Rotger Buils quiso referirse a la figura de Sadam Husein, a quien ve como «un tirano que llevaba camino de convertirse en otro Hitler, pues no le bastaba dominar Irak».

Una idea en que el escritor Coco Meneses profundizó añadiendo que «Sadam quizá era menos peligroso que Bush, pues ha quedado claro que no tenía ni el Ejército ni las armas que se decía. Irak no cumplía las resoluciones de la ONU, pero tampoco lo hace Estados Unidos, que es una dictadura pero al estilo occidental, desplegada no hacia el interior del país, sino hacia el resto del mundo, lo que es peor todavía. Es una dictadura que ha ocupado e invadido todo lo que le ha dado la gana». A Javier Pastor Quijada, promotor del Museo Naval, le disgusta la idea de los americanos que retrata Meneses: «He vivido en EEUU, en la Marina norteamericana y he visto allí una capacidad de trabajo y de entrega que para nosotros resulta increíble. He recorrido el mundo visitando museos navales durante 18 años y he encotrado un personal que se integra voluntariamente en los trabajos comunitarios y eso aquí es imposible. Cada vez que volvía del extranjero a Mallorca me daban ganas de llorar. Conozco a los americanos como personas inteligentes y de gran capacidad».

A lo que Torrandel puntualiza: «No son actuaciones del pueblo americano, sino de sus líderes». Jaume Mir, el escultor, asegura que «una guerra siempre es injustificable, pero en el 91 se produjo una invasión a otro país y había un mínimo pretexto para declara la guerra del Golfo. Ahora no. Y lo peor es que se vislumbra un posible conflicto a nivel mundial». El biólogo Miquel Oliver Massutí insiste un poco más en esa idea: «Creo que lo primero que habría que saber es por qué Estados Unidos paró la guerra del Golfo en el 91 y pactó con Sadam Husein, probablemente por su situación estratégica junto a Irán».

Benigno Palos, pionero del excursionismo mallorquín, cree que «Sadam era tan peligroso como Hitler, pero no a nivel mundial, sino local. Los americanos siempre se han movido por intereses económicos y allí han visto más el petróleo que otra cosa, quizás para proteger sus propias reservas. Esto ha sido una invasión clarísima».

Vicenç Rotger añade otra idea: «Hay que recordar que el 11-S también tiene mucho que ver. A los americanos les interesa el petróleo, pero tal vez les importe más la tranquilidad a la que estaban acostumbrados y que perdieron con los ataques terroristas».

Benigno Palos ahonda en esta opinión: «A raíz de lo de las Torres Gemelas, el enemigo está en Oriente. Fue una humillación para Estados Unidos, porque todos esos terroristas se entrenaron en América. A Sadam no le veo como terrorista, sí como un dictador crudo y sanguinario, pero no un peligro para el resto del mundo».

El profesor Francisco Homar afirma que «guerras ha habido siempre y no es más que la destrucción de la inteligencia humana, que debería tender al diálogo, y siempre por motivos religiosos, económicos o territoriales. Han buscado un pretexto para llevarse el petróleo más rico del mundo y ha sido una invasión, no una guerra».

El periodista Antonio Salas Colom no se fía de la información. «En las guerras nunca se dice la verdad. Durante la guera de Marruecos muchos soldados de Mallorca murieron por las balas que el Ejército español había vendido a los marroquíes. Lo que significa que todas las guerras son asquerosas. Yo soy pacifista. Invasiones también hay de muchas clases, porque yo aquí, sin guerra, también veo la invasión de una forma de vida que no era la nuestra». «En EEUU -añade- estaban acostumbrados a organizar guerras lejos de casa y con el 11-S han visto lo que significa ser atacados. No sé si esta guerra de Irak se podría haber evitado, y ahora que acaba quedan muchos interrogantes: ¿dónde está Sadam? ¿dónde su Guardia Republicana? ¿sus armas químicas? ¿por qué el tanque americano disparó a los periodistas?»