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El presidente de la patronal ASEMA, Gabriel Figuerola, afirmó ayer en la presentación de un estudio realizado por la Cámara de Comercio de Mallorca y las Pitiusas sobre la situación medioambiental en los sectores de la automoción y la náutica en Balears, que se prevé «un caos en las calles de Palma y resto de núcleos urbanos de las Islas a partir del uno de enero de 2004, por la avalancha de coches fuera de uso por no contar las empresas de desguace con la infraestructura adecuada. Y es que con la nueva normativa comunitaria unas 200 empresas de desguace dejarán de operar por ser ilegales».

La nueva Ley de vehículos fuera de servicio exige que los vehículos de desguace deben pasar antes por un centro de descontaminación. Figuerola explicó que la problemática surge en el momento en que las 26 empresas de desguaces que operan con licencia de actividad deberán cerrar sus puertas porque se encuentran en suelo rústico. «A partir de enero no tendremos empresas de desguace y los 24.000 vehículos de desecho que se producen anualmente en Balears se quedarán en la calle», afirmó.